Los hinchas del Sunderland no perdonan la traición de Colback

Colback sabía que en Sunderland no entenderían su adiós y este domingo pudo comprobar que el amor que le profesaban los aficionados de los «Gatos Negros» se ha tornado en odio en muchos de ellos. Lo presintió en el calentamiento y lo confirmó a lo largo de los 90 minutos que estuvo sobre el césped. Los silbidos y los cánticos de los hinchascontra él se repitieron en el Stadium of Light cada vez que tocó la pelota. Sus declaraciones cuando aterrizó en St James Park y se enfundó por primera vez la camiseta de las «urracas» aún escuecen a muchos en su antigua casa. «Estoy encantado de venir al equipo que apoyé cuando era un niño, el equipo de mi ciudad, va a ser muy especial para mí», dijo entonces.

El centrocampista, de 25 años, no era, ni mucho menos, el primer ídolo que abandona el Sunderland, pero sí uno de los que eligió el destino equivocado. La rivalidad con el Newcastle es histórica y él dio un paso que muchos aficionados siguen sin perdonarle y, posiblemente, no le perdonarán el resto de sus vidas. Jugar en el eterno rival para un jugador formado en uno de los históricos del fútbol ingles (fue fundado en 1879) es una «alta traición» para los orgullosos habitantes de esta ciudad de 177.000 habitantes. Él lo sabía y quiso tender un puente a sus antiguos aficionados el día de su presentación en St James Park. «Sólo tengo cosas buenas que decir acerca de Sunderland, me dieron mi oportunidad y quiero dar las gracias a la afición y al club por todo su apoyo». El domingo, pocos fueron los que se acordaron de sus palabras.

Una minoría de hinchas se excedió en su enfado contra el pelirrojo fubtolista, uno de los pilares del Sunderland en las tres temporadas y media en las que permaneció este equipo, con el que acumuló 135 encuentros. Así, un grupo de ellos le dedicaron una pancarta en la que Colback aparecía dibujado de de espaldas, con el uniforme del Newcastle, y colgado en una horca.

El regreso en autobús de Colback a Newcastle no fue el que esperaba el jugador. Ni por el trato recibido por un numeroso grupo de aficionados ni por el resultado de su equipo, que salió derrotado (1-0) después de un gran gol de Jermain Defoe.