Messi y Neymar abusan del Elche

De entrada, el partido no se pareció al reciente precedente en Copa del Rey –global de 9-0 para los azulgrana– que protagonizaron ambos equipos. Bastaron pocos segundos para comprobar la notable mejoría de los de Fran Escribá, que llegaron a la cita con la lección aparentemente aprendida y el precioso impulso de dos victorias seguidas en la Liga. La intensidad del Elche, secundada por el mal estado del terreno de juego, hizo más efecto ayer en apenas diez minutos que en todo el cruce copero (ida y vuelta) de hace unos días. Ahora bien, como contrapartida al esfuerzo, cinco de sus jugadores, casi la mitad, se fueron al descanso con tarjeta amarilla. Curiosamente, no fue el caso de Damián Suárez, que no paró de tenérselas con Neymar.

Pese al arranque, el Barça llegó a la media parte con ventaja en el marcador gracias a una acción de picardía de Xavi con Piqué. A falta de paciencia e inspiración, el central celebró su buen momento personal al culminar una acción de delantero puro servida por su capitán, que botó por sorpresa un tiro libre mientras la defensa del Elche formaba una barrera que nadie le había encargado. La pillería acudió al rescate de los culés, que hasta ese momento no habían sido capaces de fluir cómodamente contra un rival muy solidario en las coberturas y tremendamente práctico en ataque.

Probablemente, las rotaciones de Luis Enrique también contribuyeron a una pastosidad inicial que ni siquiera Messi, que fue de menos a más, pudo deshacer desde su posición favorita: el falso nueve. El argentino se benefició del descanso de Luis Suárez para volver al centro del ataque, pero los frutos del cambio no llegaron hasta la segunda parte. De hecho, en la primera, hasta el 0-1 se contaron solamente dos tiros lejanos, uno del «10» y otro de Jordi Alba. Por su parte, el Elche también lamentó dos ocasiones perdidas. Ambas de Fajr, que más tarde terminaría expulsado por culpa de sus altas revoluciones. En todo caso, Bravo detuvo sin demasiados problemas.

El partido se rompió definitivamente con el 0-2, que llegó de penalti en el minuto 54. La infracción de Pelegrín sobre Neymar fue clara y Messi la transformó desde los once metros. En ese momento, empezó el espectáculo particular de dos delanteros que se atraen dentro y fuera del campo. La temporada pasada apenas se olían, pero este año convierten su química personal en pesadillas para sus rivales. De hecho, podría concluirse incluso que la ausencia de Suárez les vino bien para asociarse más de cerca. Así, entre el 70 y el 72, ya con el Elche en inferioridad, firmaron dos acciones de alta precisión que siguieron el mismo orden. Messi asistió y Neymar definió. Fue especialmente bello el 0-4, en que el rosarino entregó de parábola y el paulista empalmó el balón sin bote previo. Ante tanta plasticidad, el Martínez Valero aplaudió al unísono. Luego fue testigo del segundo tanto de Messi (21 lleva ya en Liga) y de la bella rúbrica que Neymar le sirvió a Pedro.