Exhibición de músculo del Barça ante el Huesca

Ahora bien, pese a lo abultado del cómputo global de la eliminatoria, es de justicia resaltar que el Huesca mereció batir al Barça más que una vez. En El Alcoraz rondó el gol en más de una ocasión y en Barcelona arrancó el choque con dos oportunidades considerables. Con el equipo local todavía sacudiéndose el frío ambiental, Juan Esnáider aprovechó en los primeros compases dos errores de cálculo de la defensa para asustar a Jordi Masip, que debutó en partido oficial con el primer equipo. El punta hispano-argentino lamentó especialmente la segunda opción: un cabezazo, producto de un mal achique de Bartra y Mascherano que se estrelló con el palo izquierdo.

Los dos avisos aplicaron al Barça, que avisó en primera instancia precisamente por medio de una aventura ofensiva de Bartra que terminó en mano a mano con el portero. Resolvió el Dani Jiménez ante el bravo central, pero poco pudo hacer en el minuto 20 para atajar el primer tanto del partido, obra de Pedro, que remató en semiplancha tras una buenísima transición propuesta por Rafinha (gran partido el suyo) y prolongada por Munir. Sensacional, por cierto, la asistencia con el exterior del delantero hispano-marroquí, un futbolista de repente sin gol pero que mantiene sus gotas de buen fútbol. Se fue enfadado cuando Luis Enrique lo cambió por el velocísimo Adama Traoré, que más tarde mojaría por primera vez en el Camp Nou.

Esta vez, el olfato lo acaparó casi todo Pedro, que firmó el segundo apenas seis minutos después de inaugurar el marcador. Recibió en carrera de Iniesta, ilustre titular para lo intranscendente de la cita, y definió con picardía ante la salida de Jiménez, que esperaba un centro y encajó un remate por el palo corto. No se detuvo el frenesí hasta el descanso, ya que Sergi Roberto, Iniesta y otra vez Pedro ampliaron la cuenta hasta el 5-0. El tercero cayó tras una buena asistencia de Montoya, titular contra pronóstico en detrimento del polémico Douglas; el cuarto llegó al finalizar Iniesta una gran jugada colectiva patrocinada por la efervescencia de Roberto y Pedro, protagonista de la noche, mandó a la escuadra el tanto que hacía la manita.

El canario se ganó la ducha en el descanso y Luis Enrique dio entrada en la segunda parte a Sandro y a Douglas, que sustituyó a Iniesta. Montoya desplazó su posición a la banda izquierda y Adriano adelantó dos líneas para regresar al extremo, donde se dio a conoce cuando el Sevilla lo importó cuando era un desconocido. El brasileño, garantía de profesionalidad, firmó el sexto en el 68 tras aprovechar al espacio un servicio en semifallo de Samper. El séptimo lo metió Adama, que demostró sobradamente por qué le llaman "La Flecha". No había tocado más que un balón cuando se inventó una galopada potente y vertical para plantarse ante el portero y batirlo con bajo. Recuperen su nombre, porque tiene una velocidad descomunal. Ya en el tramo final, Sandro obtuvo su premio a pase de Rafinha y el Huesca, bien representado en la grada, logró por fin el gol del honor, a balón parado, a través de Carlos David.