Diego Costa sentencia al Liverpool

Los locales saltaron al campo convencidos de sus posibilidades y comenzaron dominando el encuentro ante un Chelsea al que le costó entrar en el partido. Su buen hacer en los primeros compases lo plasmó en el marcador Can, al recoger un pase del inglés Raheem Sterling, a casi treinta metros de la portería, y probar suerte desde lejos ante la pasividad de la defensa «blue». Su zapatazo, inicialmente dirigido hacia la izquierda, cambió de trayectoria desviado por Cahill, lo que dejó sin opciones al portero belga Thibaut Courtois para evitar el 1-0 cuando aún no se había cumplido el minuto diez. Tras el gol, los «blues» fueron adueñándose paulatinamente del partido, a pesar de que el español Cesc Fabregas encontraba dificultades para deshacerse de la presión centrada sobre él en el medio campo y los de Mourinho no lograban imprimir a sus jugadas toda la agilidad que hubieran deseado.

A pesar de las dificultades, los visitantes supieron aprovechar un córner al cuarto de hora para igualar el marcador. Cesc lanzó desde la esquina para que Costa, primero, y John Terry, acto seguido, remataran de cabeza para encontrase con la oposición del portero Simon Mignolet. Al rechace del guardameta belga estaba atento sin embargo Cahill, que empujó el balón a la red y se redimió de su desafortunada intervención en el primer gol del partido.

Los «blues», con Costa encendido en el ataque, fabricaron diversas oportunidades que podrían haberle puesto por delante antes del descanso, pero el segundo del Chelsea no llegó hasta entrado el segundo tiempo. Antes de ese tanto, el hispano-brasileño ensayó una chilena que salió por encima del larguero y Courtois evitó el 2-1 para el Liverpool al salvar un peligroso disparo raso de Sterling.

En el minuto 67, el español César Azpilicueta evitó que saliera por la banda derecha un balón largo y avanzó con él en los pies hasta la línea de fondo. Mignolet despejó con la mano su centro hacia atrás, pero el rechace cayó a los pies de Costa, que llegaba en carrera al área pequeña y remató con rabia a la red el 1-2.

El tanto terminó de derrumbar al impotente equipo de Brendan Rodgers, que a diez minutos del final retiró del campo a su principal delantero, el italiano Mario Balotelli, que todavía no se ha estrenado en la liga inglesa tras once jornadas.