Liga BBVA
El Barcelona despierta de su breve letargo
Los azulgranas se olvidan de monopolizar únicamente el esférico y apuestan por las transiciones rápidas para sorprender a sus rivales. Luis Enrique ha cambiado la cara del equipo
S. ANES
El Barcelona derrotó 2-0 al Athletic Club en la tercera jornada de Liga. Las sensaciones cada vez son mejores. El conjunto de Luis Enrique esboza, por el momento, una tímida sonrisa . Pero en cada partido expande más la boca y enseña más los ... dientes. Parecen afilados, incisivos. Los rivales empiezan a preocuparse por la fragilidad de su cuello. Y eso que Luis Suárez todavía no ha empezado a jugar.
Hasta ahora, las estadísticas difícilmente pueden ser más favorables para el Barcelona: Tres de tres en Liga, con seis goles a favor y ninguno en contra. Y, más allá de lo puramente matemático, está la esencia del ser humano: las sensaciones. Y éstas son buenas, verdaderamente buenas.
Durante el pasado curso, el Barcelona de Tata Martino confirmó su descenso del Olimpo al mundo de los mortales. Su juego se tornó en una monotonía narcótica, en una posesión sin objetivos que, lejos de debilitar a sus rivales, amenazaba con anestesiar los cuerpos de sus creadores. Tras varios años bebiendo del agua bendita de la fuente de Canaletas, el halo de divinidad que envolvía a los azulgranas se disolvió. El último curso, cero títulos y temporada en blanco. El peor color de todos, el que nadie en Barcelona desea ver.
Luis Enrique, que tiene las ideas claras desde el comienzo, ha cambiado la dinámica. «Construir un nuevo Barcelona es muy especial» , aseguró el día de su presentación. Estaba claro que tras el fracaso del curso anterior, algo había que renovar. Los cimientos estaban agrietados. El asturiano ha encontrado la fórmula para cimentar el nuevo proyecto. El nuevo compuesto parece claro: posesión, sí, pero con sentido. Y si se puede jugar directo, mucho mejor.
Este cambio de filosofía convierte al Barcelona en un equipo con menor control del esférico, pero también más sorpresivo. Los entrenadores rivales tenían cogida la matrícula al esquema azulgrana. Ahora, tienen que volver a estudiarlo.
Similitudes con el Barcelona de Pep
El Barcelona de ayer se asemeja por momentos al del primer año de Pep Guardiola . Tres atacantes muy ofensivos, al contrario que el curso pasado, ya que con Cesc el equipo sacrificaba pegada por control. Henry-Messi-Eto'o era el tridente de Guardiola; Messi-Neymar/Pedro-Munir/Luis Suárez es el de Luis Enrique. Aquel Barcelona que ganó todo, el verdadero «sextete», no disponía del monopolio de posesión al que se encadenó tiempo después. «Quizá nos hemos convertido en esclavos del tiki-taka» , aseguró Piqué hace poco más de un año.
Aquel juego de posesión de Guardiola buscaba la victoria, no el acomodo que persiguió después a sus portadores. Parece que, de nuevo, el Barcelona regresa al camino del que descarriló tiempo atrás. «Los jugadores están volviendo a disfrutar jugando al fútbol», confesó Luis Enrique en la rueda de prensa posterior al encuentro frente al Athletic. Las sensaciones no pueden ser mejores. En «ilusión y en ganas no les gana nadie».
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