España, ante el reto de olvidar a la pareja Xavi-Xabi

Toca reconstruir el puzzle, porque se han perdido las piezas fundamentales, las que encajaban un equipo de ensueño que levantaba trofeos y observaba a sus rivales con orgullo desde la cima, mostrando esa sonrisa exclusiva que pertenece al vencedor. Y esas piezas, salvo por una letra, tienen el mismo nombre: Xabi y Xavi.

Junto a Iniesta y Silva, los «Xa(bv)is» personificaron la esencia de toque e invencibilidad que envolvía a este equipo. Su presencia en el campo era notoria, y su influencia en el juego de la selección, máxima. Además, eran dos jugadores que se complementaban a la perfección. Uno más defensivo y otro más ofensivo. La combinación perfecta para cualquier entrenador. «Tenemos que conservar el espíritu de Xavi y Xabi Alonso», aseguró ayer Del Bosque en la rueda de prensa previa al choque ante Francia.

Hasta que llegó el momento de la retirada, los suyos han sido los nombres que han dirigido el timón de la selección. El de Terrasa, con 133 internacionalidades, ha pasado por todas las categorías inferiores del combinado nacional. Durante más de un lustro se convirtió en el capitán del equipo junto a Íker Casillas. « Xavi es más importante que el propio entrenador », llegó a asegurar Del Bosque. Atrás deja un palmarés histórico: Campeón de Europa 2008, Campeón del Mundo en 2010 y, de nuevo, Campeón de Europa en 2012. Un ciclo victorioso difícil de repetir.

Xabi no se queda atrás. Para el entrenador salmantino era fundamental en su estructura defensiva. Su titularidad junto a Busquets era indiscutible. Con ellos España mantenía la estabilidad. «Xabi nos deja un legado fantástico», aseguró el entrenador salmantino después de que se confirmase la retirada del tolosarra del equipo.

Y es que tras 114 partidos y 15 goles con la selección, cuenta con los mismos títulos que Xavi. Por cierto, el catalán es, por el momento, el segundo jugador con más internacionalidades de la historia (156); el vasco, el quinto (114).

Más allá de las incorporaciones, este encuentro es el comienzo de una nueva era, y no de una cualquiera. Se trata de la era posterior al final de un equipo campeón, fraguado en las entrañas del éxito y resquebrajado por la dureza de la derrota . Es la etapa más dolorosa de comenzar.

Para hacer los cambios más llevaderos están Koke , Thiago, Iturraspe, Isco, que, junto a otros jugadores más veteranos como el propio Iniesta, Silva, Busquets o Cesc, serán los encargados de hacer olvidar a los dos pilares sobre los que el equipo se ha sustentado durante años.

Aunque, todo sea dicho, la nueva generación incipiente desprende un aroma diferente . Koke o Iturraspe nunca serán Xabi Alonso y Thiago nunca será Xavi Hernández, y eso no es ni bueno ni malo, simplemente distinto. El juego que ofrecía la España de los «Xa(bv)is» será irrepetible.

Queda por ver si el nuevo modelo mejora lo anterior. Aunque ya se sabe, siempre o casi siempre las siguientes generaciones sobrepasan a las anteriores. Esta noche en Saint Denis se verá el primer partido de la «nueva España». Entonces se podrán sacar las primeras conclusiones. España vuelve a empezar, pero con la estrella, brilla un poco más.