El Athletic es de Champions

El Nuevo San Mamés se estrenó a lo grande. Una vez terminado, se engalanó para la ocasión. Lo exigía su equipo y su afición, que se volcó después de llevar soñando con el día de ayer durante años, y después del empate logrado en Italia . Muchos, demasiados fuera de la máxima competición continental, que acabaron con Aduriz mandando el balón a la red. Se aprovechó de una indecisión entre Albiol y Rafael. Era su momento de hacer historia y no lo desaprovechó. Un pequeño toque para irse del portero y otro para permitir seguir soñando al Athletic.

El gol de Hamsik había supuesto un jarro de agua fría. El Nápoles de Benítez no había hecho prácticamente nada en el partido, pero se había puesto por delante tras un mal despeje de Balenziaga. Hamsik pilló el balón en el filo del área y disparó certero para batir a Iraizoz .

En San Mamés se hizo el silencio, pero solo durante algunos minutos. El sueño estaba a un gol, un tanto daba 30 minutos más de juego y el Athletic no había dicho adiós ni mucho menos a sus posibilidades. Tras el «shock» inicial, volvió al fútbol de la primera mitad. Al de toque, al que desquició a Benítez, que veía desde el banquillo cómo los rojiblancos avanzaban y avanzaban.

Valverde metió a Ibai en el campo para meter más presión. Más madera para el ataque bilbaíno, que hacía lo que quería con la desastrosa defensa italiana. Ni Albiol ni Koulibaly conseguían frenar a los delanteros y Aduriz se encontró un balón franco en un córner. Otro fallo defensivo le dejó poner el empate. El inicio de una fiesta en San Mamés.

Después llegaría el segundo, el que pasará a la historia, para hacer vibrar a la afición, e Ibai dio calma con el tercero. En el momento justo, cuando mejor jugaba el Athletic, cuando peor lo hacía la zaga napolitana, para meter al Athletic en la fase de grupos. El sueño en Bilbao no ha hecho más que empezar.