El día que Messi pudo ir al Cádiz y Cristiano fichar por el Valencia

Cuando no eran astros del fútbol pero apuntaban a ello, el portugués y el argentino tuvieron ofertas que podían haber cambiado sus carreras deportivas

El día que Messi pudo ir al Cádiz y Cristiano fichar por el Valencia afp

v.r.a

Son los dos mejores jugadores del planeta. Acumulan distinciones individuales y han llevado a sus equipos a alcanzar las máximas cotas de éxito. Real Madrid y Barcelona son hoy en día mejores equipos porque Cristiano Ronaldo y Lionel Messi han acostumbrado a una aportación goleadora devastadora ... para cualquier adversario. Es incuestionable en cualquier caso que ha sido también la dimensión de los equipos que les han acompañado lo que les ha hecho más grandes. Pero hubo un día que sus carreras podían haber tomado otro rumbo. ¿Sería lo mismo la carrera de Messi de haberse producido una cesión al Cádiz? ¿Y si Cristiano Ronaldo hubiera fichado por el Valencia? Las dos cosas estuvieron a punto de suceder.

En el caso del jugador argentino hay que remontarse al verano del año 2005.«La pulga» era por aquel entonces «solo» la joven promesa de la Masía, pero no estaba en condiciones de asumir un rol protagonista en un equipo con Ronaldinho, Deco y Eto'o en un nivel estelar. Pero el problema no se circunscribía a una consideración deportiva, pues Frank Rijkaard manifestó su deseo de contar con él.

El problema era de raíz jurídica. Es cierto que a comienzos del verano, los gaditanos, que acababan de regresar a Primera División, ya habían tratado de hacerse con los servicios del jugador a través de una cesión. Pero la negativa del técnico culé y la ficha del jugador pararon la operación. Pero cuando realmente Messi vio su destino muy cerca del Cádiz fue al final del verano .

El Barcelona tenía cubiertas las tres plazas para jugadores extracomuniatrios. En Primera División solo había dos equipos que no tenían las plazas cubiertas, el Betis y el Cádiz. Por aquel entonces Messi disponía de un documento que le podría permitir jugar con el Barça. Una carta de«asimilado». Se trataba de un documento que daba la Federación y permitía a los jugadores foráneos, que llevasen tiempo formándose en España, para que pudiesen jugar de manera temporal. No obstante existían dudas jurídicas sobre la validez del documento si cualquier club rival decidiese impujnar los partidos en que Messi participase. El Cádiz hizo un último intento prometiendo lo que no tenía asegurado en el equipo«culé»: jugar.

Pero el Barça y Rijkaard optaron por esperar. Y la jugada les salió muy bien. El 26 de septiembre de 2005 Messi logró la nacionalidad española y el problema quedó resuelto. El argentino empezó a jugar con regularidad. No era titular indiscutible, pues partía de una posición, en la parte derecha del ataque, en la que el francés Ludovic Giuly estaba muy asentado. No obstante fue habitual que ámbos rotasen en ese puesto. Aunque Messi no pudo participar en la final, venía lastrado por una lesión, formó parte importante de aquel equipo que recuperó el cetro europeo catorce años después haber conseguido su primer entorchado. Tal vez, lo que más habría cambiado habría sido la historia del Cádiz, que no logró mantener la categoría.

Pieza en las elecciones del Valencia

Corría el año 2003 y el Sporting de Lisboa acababa de hacer debutar a un prometedor joven. Cristiano Ronaldo , un jugador rápido y desequilibrante, aunque no con la potencia y la capacidad goleadora que mostaría en el futuro. Aquel era el gran Valencia que venía de ganar una Liga y disputar dos finales de Champions. Era año de elecciones en el club, y Paco Roig alcanzó un acuerdo con el agente del jugador, Jorge Mendes, en virtud de la que el Valencia se haría con los servicios de Ricardo Quaresma y Cristiano Ronaldo por 9 millones de euros. Además, les otorgaba un derecho preferencial al club«che» para abordar la contratación, aunque este expiraba el 30 de mayo.

Esa opción preferencial, aunque no iba condicionada al triunfo de Roig en las elecciones, caducó. Pero cuando la directiva de Jaime Ortí, que revalidó presidencia con el apoyo de Juán Bautista Soler, trató de volver a negociar por el portugués, confiando en que las gestiones anteriores hubiesen allanado el camino.

En el acuerdo de Roig se valoraba a 5 millones de euros. Pero el jugador se había revalorizado. La última oferta fue de 6 millones de euros más el pase del delantero uruguayo Diego Alonso. Pero la opción no se cerró. Unas semanas después el Sporting de Lisboa jugaba un partido amistoso contra el Manchester United. Apenas cinco días después el luso era presentado como nuevo jugador del equipo dirigido por Alex Ferguson, que había subido la oferta considerablemente.

Dos sueños rotos que, quién sabe, podían haber cambiado la reciente historia del fútbol .

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