El primer regalo de Bravo

En su estreno de azulgrana, con todos los ojos puestos sobre el cancerbero , en plena competencia con Ter Stegen por defender los palos. Se tragó un disparo lejano de Dzemaili, que rompió los esquemas de Luis Enrique. Hasta entonces, parecía contento el asturiano con el 0-0 inicial, haciendo pruebas y olvidándose de lo que dijese el electrónico.

Los experimentos eran parecidos a los que se vieron en Niza . Un juego ya conocido en el Camp Nou, con mucho toque, juego lento y previsible, con el centro del campo como base. Xavi ejerció de líder en Francia y, con el capitán ausente por lesión, Rakitic tomó las riendas. El croata lleva solo semanas en Barcelona, pero parece que ya tiene hasta galones. Se entendió a la perfección con Iniesta y demostró que es el recambio perfecto para Xavi . Sesenta minutos de prueba, de buenas sensaciones, pero de nula efectividad en ataque.

El problema de Luis Enrique no es adaptar a Rakitic a su sistema, sino la defensa. Con Mathieu lesionado, Bartra formó con un Piqué demasiado blando, fácil de atacar para una delantera italiana descafeinada sin Higuaín y con Callejón como única referencia.

Bravo se lució en varias intervenciones, pero su excesivo afán por las palomitas le jugó una mala pasada. Al chileno se le escapó de las manos un disparo sencillo, lejano de Dzemaili que lo dejó en evidencia en plena lucha con Ter Stegen. Un debut que no olvidará, pero que no debe servir como referente de cara al futuro. A este equipo le faltan estrellas y rodaje. Mucho rodaje.