Todo el mundo recuerda estos días, y es de justicia que así se haga, aquella mítica final de la Copa de Europa de 1974 que el Atlético de Madrid se dejó empatar (y se jugó un segundo partido, que el Bayern ganó por ... 4-0) en el último minuto. Ayer mismo, tuvo el acierto Paco Grande de rescatar la grabación completa del encuentro en su «Conexión Vintage» de Teledeporte. Pudimos comprobar el auténtico baño de fútbol que los Adelardo, Gárate, Heredia, Aragonés y compañía dieron a los Beckenbauer, Breitner, Muller, Hoeness... Y se glosa la desdicha rojiblanca, cénit de la leyenda del «Pupas», por el gol que un tal Schwarzenbeck le coló a Reina padre a falta de un minuto, cuando los atléticos ya acariciaban la «orejona». Y se rememora, por supuesto, a Luis Aragonés, autor del gol y leyenda rojiblanca que falleció hace unos meses. Los jugadores del Atlético llevarán su nombre en el cuello de la camiseta. Bello gesto e invocación a la leyenda.
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