liga bbva | jornada 37
El Barcelona tendrá una última oportunidad en casa
Los de Martino no pasan del empate en Elche y tendrán que ganar al Atlético en el Camp Nou para conquistar el título
xavi hernández
Los deméritos ajenos, exclusivamente, mantienen al Barcelona a flote en la Liga. No saben muy bien cómo, pero los azulgrana, entre despedida y despedida, podrán jugarse el campeonato a una carta, en casa y contra el rival que peor se lo ha hecho pasar esta temporada: el Atlético de Madrid ... . Será una final apoteósica en el mejor escenario, un premio bien agarrado pese al desesperante empate a cero que el Barça cosechó ante el combativo Elche, que certificó matemáticamente la permanencia. Antes de empezar, los culés tenían prohibido todo lo que no fuera ganar en el Martínez Valero, pero al final, tras conocer el pinchazo (otro más) de su ya único rival por el título, celebraron la igualada enérgicamente. Sí, pueden ganar la Liga y deben estar contentos por ello, pero deberían reflexionar seriamente sobre su papel en el penúltimo coletazo del curso.
El Barcelona volvió a sacar de paseo su habitual juego por ráfagas, un camino que, todo sea dicho, solo sirve cuando las primeras ocasiones besan la red. Luego todo se complica. De más a menos, los de Martino inquietaron de entrada, pero como otras tantas tardes lejos del Camp Nou fallaron de cara a puerta y se fueron diluyendo moral y físicamente. Es cierto que merecieron irse al descanso con al menos un gol a favor, pero al mismo tiempo podrían haber perdido perfectamente si el Elche hubiese sido más preciso en alguna de las contras que tuvo en los últimos minutos. Hasta cinco ocasiones claras tuvieron los azulgrana para deshacer las tablas, pero se encontraron con Manu Herrera, otro portero inspirado (como el del Granada hace unas semanas, por ejemplo) que arruinó un gran empalme de Iniesta y hasta tres fogonazos de un Messi nuevamente pastoso e insípido. El Elche dispuso dos líneas juntas delante del área, cortocircuitó a Iniesta y Busquets y fió buena parte de sus opciones a las manos de su arquero.
Superados esos envites, y con el Barça cada vez más nervioso por su falta de oxígeno y finura, los locales amarraron su objetivo sin problemas. Tanto, que los azulgrana terminaron sin aliento, empequeñecidos tras no haber sido capaces de decantar el encuentro cuando pudieron hacerlo. Hundidos y sin recursos (poco aportaron Tello y Xavi, los revulsivos de Martino), solo respiraron cuando Teixeira pitó el final y pasaron los dos minutos que quedaban por jugarse en el Calderón. Así se tiene que ver el Barça, pendiente de lo demás a falta de lo suyo.
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