Helena Costa, en el banquillo del Clermont masculino

El club galo cuenta con Costa para la próxima temporada. Y ella está más que preparada para tomar esa responsabilidad: como nadie, se graduó con las mejores calificaciones en Ciencias del Deporte en Lisboa, y como todas, pasó los cursos de entrenador y sus correspondientes exámenes. Hasta hizo unas "prácticas" en el Chelsea de Mourinho, de quien dicen le sirve de inspiración. Poco a poco demostró que, desde el banquillo, el fútbol se analiza igual en masculino que en femenino. Por eso llegó a la selección de Qatar, y a la de Irán, después de adquirir confianza y títulos con las categorías inferiores del Benfica y ser ojeadora para el Celtic de Glasgow.

«Bravo al Clermont Foot por comprender que hacer sitio a las mujeres es el futuro del fútbol profesional», comentó por twitter la ministra francesa de Deportes y de Igualdad, Najat Vallaud-Belkacem. «Ser el primer equipo masculino entrenado por una mujer será una experiencia única. Tengo ganas de que empiece ya la temporada», decía uno de los jugadores del Clermont. «Lleva mucho tiempo trabajando en esta profesión. Al principio puede ser un poco raro, pero seguro que solo dura unos días», correspondía otro en « L’Équipe ». «Esta nominación debe permitir al Clermont Foot 63 entrar en una nueva era, apoyándose en un grupo de 17 jugadores con contrato actualmente, a los que se unirán jóvenes jugadores del club», indicó el Clermont.

El precedente más cercano lo protagonizó Carolina Morace en 1999, cuando se hizo cargo del Viterbese, de la Tercera división italiana. Duró dos encuentros. Costa será la primera mujer en sentarse en un banquillo de tan alta categoría masculina. Un escalón más en el camino que iniciaron otras pioneras, y que esperan seguir recorriendo. Ya son jugadoras, árbitros, presidentas, fisioterapeutas. Están igual de preparadas que ellos. Costa es el techo.