fútbol
La FIFA lucha contra los abusos a los jugadores menores
Reguló en 2009 que los fichajes tengan un club o una academia de procedencia, que cobrarán derechos de formación
tomás gonzález-martín
El Barcelona acaba de ser sancionado por la FIFA ante la adquisición ilegal de jugadores menores. Fue el organismo máximo del fútbol mundial, la FIFA , la que reguló 1 de enero de 2009 el nuevo reglamento sobre la transferencia de jugadores jóvenes. A ... partir de 2010, todas las transferencias internacionales de jugadores menores de 18 años exigieron la autorización por un comité para su aprobación, después de examinar todos los detalles de la transferencia.
Hasta ese momento, los jugadores menores de 18 años podían ser transferidos dando trabajo a los padre en otro país. La FIFA tomó medidas. Entre ellas, obligar a las academias ilegales de fútbol que existen en África y Asia a registrarse. El objetivo era que, cuando un futbolista menor se marchara a un país europeo, la academia o el club de procedencia cobrarían un porcentaje del traspaso por derechos de formación y promoción. Y la FIFA reguló también la extensión de los contratos, para evitar que los menores, sin conocer otros idiomas, firmaran contratos leoninos y de por vida en lenguas que desconocían. Por ello, hoy manda en el fútbol un reglamento FIFA que estipula que los jugadores de 16 años tendrán un contrato máximo de cinco años, los de 17 un máximo de cuatro temporadas y los de 18 un tope de tres campañas.
La FIFA dirige el foco hacia África. En ese continente no se está dejando piedra por remover en lo que concierne a la progresión y eclosión de los jóvenes futbolistas, ya sea en los centros de formación, en las academias de fútbol o en materia de protección de menores.
Marruecos, por ejemplo, bajo los auspicios de Nasser Larguet, una autoridad en el campo de la formación de jóvenes en Francia y en África, está viendo como sus pupilos se afianzan en el más alto nivel. Al frente de la academia Mohamed VI, Larguet dispone de medios y de infraestructuras «a veces mejores que las de Francia». Prueba de su eficacia son los logros obtenidos por sus equipos sub 15, sub 17 y sub 19, líderes en el ámbito nacional en sus categorías respectivas.
Este instituto, que reúne a 60 jóvenes provenientes de todos los rincones del país, abastece de titulares a las selecciones nacionales sub 17 y sub 20 desde el año 2009. El educador recibe más de 30 solicitudes al día de familias que desean enviar a sus hijos a la academia, institución que nutre a la primera división del fútbol marroquí, que forma a muchachos en su mayoría salidos de barrios desfavorecidos.
Las academias para jóvenes futbolistas también abundan en otros países del Magreb y del África subsahariana. La Asociación Argelina, por ejemplo, dispone de financiación estatal para los entrenadores de las categorías juveniles de los clubes profesionales.
Una salida. Camerún dispone de la Kadji Sport Academies, de la que han surgido figuras de prestigio como Samuel Eto'o, Stéphane Mbia y Nicolas N'Koulou. Ghana aceptó a principios de los años 2000 el ofrecimiento del Feyenoord de Rotterdam neerlandés de crear la Academia de Fútbol Feyenoord Fetteh en Acra, que se ha convertido en una puerta de salida de la pobreza para millares de familias.
En Sudáfrica, la joven generación de los Bafana Bafana se prepara por su parte para tomar el relevo de la del 2010. Creado por los franceses Bernard Lama y Patrick Vieira y por el beninés Jimmy Adjovi-Boco, el proyecto, desarrollado en Senegal bajo el nombre de Diambars, se lanzó en enero de 2010 en Johannesburgo. Desde el principio, esta academia de fútbol orientó su búsqueda hacia jóvenes provenientes de entornos desfavorecidos. Por último, la Academia de Sol Beni, escuela futbolística de Abiyán fundada por Jean-Marc Guillou, es actualmente una marca (JMG Football) que congrega a varios centros de enseñanza del deporte rey, sobre todo en Madagascar y Vietnam.
Todos esos factores explican la proliferación de jugadores procedentes de África, y los buenos resultados de los equipos de este continente en los certámenes juveniles. «La organización de competiciones juveniles rigurosas y profesionales, la formación de los educadores, la presencia de médicos cerca de los jóvenes, la modernización de los equipamientos deportivos, la construcción de estadios de menor capacidad, son otros tantos elementos que contribuyen a la pervivencia de los campeonatos locales y a su atractivo», analiza Johan Moreau, miembro del gabinete de consultores Kurt Salmon, asociado desde 2003 a la escuela Euromed Management, que elabora estudios dedicados a la evolución económica del fútbol.
Contra el engaño y la corrupción. El ex internacional camerunés Patrick Mboma abandonó su país natal a muy temprana edad, pero sigue siendo uno de sus más fervientes embajadores. «África rebosa de jóvenes talentos, eso es innegable», considera el Balón de Oro africano del año 2000 y 56 veces internacional con los «leones indomables». Y afirma: «En Camerún, este vivero nutrió la selección a principios de los años 2000, años fastuosos en los que surgieron prodigios como Song, Kameni y Eto'o. Pero luego se agotó. ¿Por qué? Por la falta de estructuras y de organización en el ámbito local», analiza Mboma. ¿Cuál es la solución? «Que cada instituto, colegio y escuela posea su propio campo de fútbol, y luche contra el engaño y la corrupción con la ayuda de la FIFA y de otras instituciones», propone el ex delantero.
La FIFA creó un sistema de regulación de los traspasos (TMS) para contener los flujos ilegales. El marco jurídico de las transferencias de menores internacionales de menos de 18 años es responsabilidad de la FIFA, y es una iniciativa esencial para el progreso del fútbol juvenil.
En este contexto, se ha creado una tasa de solidaridad, es decir, que un porcentaje del pago del fichaje se destina al club formador. Pero su atribución estará condicionada a partir de ahora al registro efectivo del jugador en el seno de su club nodriza, que también deberá estar inscrito.
Uno de los objetivos es derrotar a los agentes que no son de fiar y embaucan a los chavales con falsas promesas de contratos para luego abandonarlos a su suerte en las calles de las capitales europeas, como afirma el ghanés Anthony Baffoe, primer africano que jugó en la Bundesliga. «Los llevan al extranjero sin que ellos se hayan leído su contrato con atención, contrato que a menudo está redactado en un idioma que no es el suyo. Mucha gente abusa de la inocencia y la ilusión de estos jóvenes». La FIFA lucha contra esto.
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