El United planta cara al todopoderoso Bayern de Guardiola

En Manchester, la receta alemana se pareció mucho a la que estaban acostumbrados a ver en Barcelona. Posesión infinita del balón y verticalidad en los últimos metros. Con paciencia. Sin delantero centro de referencia -dejó a Mandzukic en el banquillo- el Bayern trató de abrir el cerrojo de Moyes desde las bandas, por donde Rafinha y Alaba se colaban casi sin oposición.

Aún así, las ocasiones llegaban a cuenta gotas, y las más importantes eran del Manchester, al que el árbitro anuló un gol de Welbeck nada más comenzar el partido por juego peligroso sobre Javi Martínez. La acción espoleó al público de Old Trafford, engalanado para las grandes ocasiones, que creyó por un momento en su equipo.

Fueron instantes, porque al momento el Bayern ya tocaba y tocaba, acaparando el balón con un dominio monopólico que no invitaba al optimismo inglés. La frontal del área defendida por De Gea era ya una muralla roja, con dos líneas bien formadas a la espera del ataque alemán.

Como era imposible penetrar, el Bayern comenzó a intentarlo desde lejos, con Robben y Ribery como hombres más incisivos. La respuesta de De Gea aplazó las alegrías en el banquillo de Guardiola, que seguía paciente de lo que parecía cuestión de tiempo.

En medio del dominio visitante, Valencia y Rooney fabricaban de vez en cuando algún acercamiento, con Welbeck siempre como punta de lanza. El delantero tuvo la más clara de la primera mitad en un mano a mano con Neuer que el portero desvió de manera magistral.

Un aviso que no varió el plan trazado por Pep, impertérrito en la banda. Nervioso. Centrado en sus ademanes para dirigir aquí y allá. Sólo lo hizo cuando Vidic rompió los esquemas de la Champions con un gol de cabeza nada más volver de los vestuarios. Un fallo de marcaje dejó sólo al central, que cruzó la pelota lejos del alcance de Neuer. Fue el principio del fin.

Entró Mandzukic para dar una referencia ofensiva que no había tenido el Bayern con Müller y el panorama cambió. El dominio seguía siendo alemán, pero menos parsimonioso. Había urgencias, mitigadas mediada la segunda parte por Schweinsteiger tras una triangulación con Robben y Mandzukic que el centrocampista convirtió en el empate con un disparo imparable para De Gea.

El encuentro se convirtió en un monólogo más acentuado aún del Bayern. Sólo había un equipo en el campo que dominara la pelota, pero ésta se negó a entrar. Lo intentaron de todas las formas posibles. Hasta reclamaron un penalti por manos del autor del gol inglés que el árbitro no vio y cuya acción desencadenó en la expulsión de Schweinsteiger, que no jugará la vuelta, que será otro ejercicio de paciencia de los alemanes.