La Fiscalía ve «inadmisible» la «injerencia» de Cardenal

Neymar es tema de discusión en las baras de los bares desde el mismo día en que se hizo pública su incorporación al Fútbol Club Barcelona. Pero entonces no era más que una de tantas discusiones acaloradas entre hinchas rivales. Lo que elevó el asunto a la categoría de caso Neymar fue que el juez Pablo Ruz iniciara la investigación.

No lo hizo por su propia iniciativa, ni tampoco la Fiscalía se lo pidió. Fue un socio del Barça -semidesconocido hasta ese momento- quien acudió a la Audiencia Nacional para presentar una querella contra el entonces presidente del club, Sandro Rosell, por apropiación indebida en el fichaje del futbolista brasileño. Eso sucedió el pasado mes de diciembre.

La querella recayó en el juzgado de Ruz, que antes de admitirla a trámite solicitó al Barça la documentación del fichaje. Tras analizarla, el magistrado consideró que había «elementos suficientes» para investigar los hechos. Por eso, pidió toda la información del fichaje al Barça, a la FIFA y al Santos, club de origen del delantero. La sola admisión a trámite, el 22 de enero, provocó que al día siguiente Sandro Rosell presentara su dimisión irrevocable. El fichaje llamado a liderar su gestión al frente del Barça había mutado ya en precipitado fin de fiesta.

Con Rosell fuera y Josep Bartomeu al mando del club, la Justicia siguió avanzando. Casi un mes después, el 19 de febrero, el fiscal del caso, José Perals, remitió un escrito al juez Ruz con las siguientes conclusiones: para llevar a cabo el fichaje de Neymar el Barcelona se valió de una ingeniería financiera que contaba con hasta once contratos, lo que permitió que el club dejara de pagar «como mínimo» 9,1 millones de euros en impuestos . Al día siguiente, el instructor hizo suyos los argumentos del fiscal y decidió imputar al Barcelona como persona jurídica por la presunta comisión de un delito fiscal.

El siguiente paso lo dio, precisamente, el Barça, que en el mismo comunicado negaba haber cometido un delito fisca l y anunciaba el pago de 13,5 millones de euros en concepto de autoliquidación complementaria. Lo que no ha hecho el Barça ha sido dirigirse al Juzgado de la Audiencia Nacional , donde quince días después siguen a la espera de que designe representante legal.

Una de las posibilidades sobre el futuro del caso es que el Barça y la Fiscalía lleguen a un acuerdo económico. Esto es lo que pretendía evitar Manos Limpias cuando presentó una ampliación de la querella contra el nuevo presidente, un vicepresidente y el padre del futbolista. El juez Ruz respondió que la admitiría parcialmente si Manos Limpias abonaba una fianza de 45.000 euros, una cantidad que el sindicato considera una «indignidad» y un «atraco a mano armada». «Lo que persiguen es cargarse la acción popular, porque no les interesa que se condicione ese posible pacto entre el club y el fiscal», dijeron ayer a ABC.

En el tiempo transcurrido desde la presentación de la querella, apenas dos meses y medio, el coste del fichaje del delantero brasileño ha pasado de los 57,1 millones iniciales a casi 100 , el presidente del Fútbol Club Barcelona ha presentado su dimisión, el juez de la Audiencia Nacional ha detectado un posible delito fiscal de 9,1 millones de euros y el Barça ha pagado 13,5 millones a la Agencia Tributaria .

Y, por supuesto, fuera de los tribunales de justicia, el caso Neymar está siendo objeto de un apasionado debate entre madridistas y culés. Pero eso es harina de otro costal y nada tiene que ver con la investigación judicial en curso.