Explosión de la verticalidad

Comenzó el asunto sin dueño. Con un Levante muy valiente, quizás demasiado teniendo en cuenta lo que pudiesen picar Messi, Tello y Pedro. El canario hizo sonar la madera de tiro cruzado a los cinco minutos. Antes Xumetra, a la contra, se hizo un lío. El Barça merodeó con insistencia el área levantinista, pero no supo encontrar vías de entrada. Cerró filas el conjunto local. Infranqueable.

A la media hora, los de Caparrós aprovecharon una mala defensa de una jugada a balón parado de los de Martino. Puyol despejó mal, corto, al centro y El Zhar logró la ventaja. La percepción era de un partido vivo, intenso, con un Levante con las ideas más claras que se fue con el negociado a su favor a los vestuarios.

Encontró la tecla el Barça. La interpretación fue aplicar más velocidad y entrar por las bandas. Insistió en esto y encontró el empate en una jugada desgraciada para los locales. Tello disparó cruzado y Javi Jiménez no blocó, Vyntra quiso despejar, pero el balón encontró la pierna de Juanfran y entró en la portería.

Pero casi sin hacer ruido, Messi ya gobernaba el partido. Lo dirigía a su antojo. Una conexión posterior entre el argentino, que milímetro el pase desde el centro el campo, y Tello llevó al 1-2. Latigazo duro para los de Caparrós, que ya venían doloridos del primer. El ritmo marcado por los barcelonistas, intenso, ambicioso, cuajó. Tomó el mando el Barcelona, mientras los de Caparrós eran nulos en ideas en ataque.

Y por allí, Messi mantenía su trabajo por todo el campo. Omnipresente. El argentino volvió a encontrar a Tello en la recta final y éste puso el 1-3. Más. Otra conexión entre estos dio el 1-4 y el triplete de Tello. Tan diferentes fueron el primer acto y el segundo, que para empezar hubo una repetición del Levante de la jornada 20 de Liga asfixiando a los de Martino y tras la reanudación volvió aquello que acuñó Caparrós de la «visita al dentista» en la primera jornada liguera cuando el Levante salió goleado del Camp Nou.