LIGA BBVA
El Villarreal aplasta al Valencia
El equipo de Marcelino firma un partido completísimo con victoria por 4-1 ante un conjunto de Djukic de suspenso en un Madrigal entre ¡olés! y puro disfrute
RAÚL COSÍN
El partido de rivalidad autonómica entre el Villarreal y el Valencia no sirvió para otra cosa que para la constatación de una realidad que se viene mostrando esta temporada. Y no es cuestión de lugar en la clasificación -en esto los de Marcelino ... García se ganan el estar en puestos Champions- o del resultado en El Madrigal -los castellonenses se llevaron con solvencia el partido por 4-1-. El asunto es que el Villarreal tiene fútbol, un guión meridianamente claro, mucha pujanza en líneas generales en todos los encuentros, mientras que el Valencia sigue en construcción , y en esto ya se acumulan muchas jornadas, quizá demasiadas, y tan pronto deja pequeños brotes verdes como que se resquebraja con relativa facilidad .
La eterna excusa de los equipos que disputan competición europea y luego caen en Liga no le sirvió al Valencia. A excepción de cuatro jugadores, Djukic utilizó fichas nuevas. Pero el resultado general fue de suspenso . Especialmente de Banega. El argentino poco ha dado en la temporada oficial. Chispazos por un poco de crédito. Le ganó la mano de largo en El Madrigal Bruno Soriano . El fútbol lo manejó el centrocampista villarrealense, que viene apretando fuerte. Cierto que Gio, Uche, Hernán o Cani estuvieron a un nivel mayúsculo , pero lo de Bruno, en ese trabajo más oscuro, pero necesario, en el gobierno en la zona ancha, fue clave.
Decidió el Villarreal salir al verde de su estadio con el claro objetivo de borrar al Valencia . Y así fue. Con varios puntos de velocidad más, con mayor casta en cada una de las jugadas , con un grado de motivación muy superior a los de Djukic, despejaron las incógnitas pronto y sin complejos. Los de Marcelino, un bloque, un equipo de líneas juntas, bien trabajado en automatismos, velocidad en la salida del balón y un tono muy incisivo buscando con descaro la meta rival en cada situación de ataque, tomaban una ventaja de dos goles en los primeros 22 minutos .
Uche avisó pronto de que no quería perder la ocasión de anotar contra los blanquinegros. Superado el cuarto de hora, Giovani , un habilidoso y veloz mexicano que volvió loco a los zagueros vistantes, centró fuerte y con efecto al área pequeña . Uche se comió la posición de Mathieu para adelantar a los castellonenses . Cinco minutos más tarde, el ex valencianista Jaume Costa centró desde la izquierda amarilla al segundo palo, donde Hernán Pérez remató solo de cabeza .
Hasta el descanso, aunque el Valencia tuvo el balón, el Villarreal gobernó con sobriedad de atrás hacia adelante, serio y ordenado, el partido. La ocasión más clara para los de Djukic fue un centro por la derecha que remató Pabón de cabeza, pero Asenjo atajó el balón. Tan clara fue la historia del primer acto como un equipo bien cimentado y ligado frente a un conjunto descosido y con menos alma que los locales . Llegó el descanso. Merecido para unos, pero necesario para otros.
Comodidad del Villarreal
Si el Valencia tuvo intención de reaccionar, el cuadro de Marcelino García le complicó ese plan en escasos cuatro minutos del segundo acto. Un minuto y medio loco con un balón de Uche al palo , cuyo consecuencia fue un penalti de Mathieu sobre Giovani. El propio mexicano lanzó a la izquierda de Guaita, pero el meta valencianista lo paró . En la jugada siguiente, Gio finalizaba con la espuela un libre directo colgado al área para el 3-0 .
El planteamiento que vino luego fue de manual. El Villarreal, con tres goles de ventaja y un rival sin argumentos, cuadró sus filas y no reparó en ceder el balón al Valencia , que jugó más en horizontal que en vertical. Los amarillos solo debían encontrar una buena contra, mientras los de Djukic, ante la imposibilidad de encontrar espacios, rezaban por acciones a balón parado . Y así llegó el 3-1. Botó Parejo un saque de esquina y Ricardo Costa remató inapelable para reducir distancias en el marcador.
Comenzaron a caer los minutos. A buen ritmo para los locales y a velocidad de vértigo para los visitantes. Algún espejismo de dominio para los de Djukic. Casi testimonial. Ocasiones para el villarrealense Mario, que vio como su remate se iba al larguero, o de Ricardo Costa, forzando a Asenjo. Pero fue Giovani con un zurdazo de dulce, de calidad, desde lejos, el que sentenció definitivamente la historia con un golazo .
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