El Atlético prueba de su propia medicina

Dos circunstancias podían distraer al Atlético en su desempeño en Cornellá-El Prat: el empate del Barcelona frente a Osasuna , que le daba la posibilidad de alcanzar el liderato en solitario; e igualar el mejor registro en un arranque liguero: las nueve victorias consecutivas que logró el Real Madrid en la temporada 1968-69.

Ruido que, sin duda, molestaba a Simeone, poco amigo de la espuma que rodea el fútbol y sí de los detalles del aquí y el ahora. Incomodado por la ausencia de Miranda , uno de los miembros de su guardia de corps, a causa de una sobrecarga muscular, dio la oportunidad al belga Alderweireld en el eje de la defensa y reforzó defensivamente el centro del campo con Raúl García. Encajó sin problemas Alderweireld en el engranaje, pero se echó de menos en la primera mitad la aportación creativa de Arda, a quien su técnico decidió dar descanso.

Asumieron los rojiblancos sin rubor alguno el dominio del Español durante los primeros minutos, aunque, poco a poco, fueron estirándose y generando alguna ocasión clara. Así llegó un remate al palo de Koke tras un buen servicio de Diego Costa. El delantero tuvo la suya tras una carrera trompicada rodeado de rivales, pero el remate final le salió desviado. Sin apenas noticias de Villa, que sigue buscando su lugar en el mundo y tuvo un rifirrafe con Moreno que les costó la tarjeta amarilla a los dos.

Tras el descanso el encuentro ganó en intensidad, pero fue el Español el que buscó antes la portería contraria. Primero con una ocasión doble para Lanzarote en la que Courtois estuvo muy atento. Después, con un centro envenenado y a poca altura de Fuentes desde la izquierda que acabó siendo devastador para el Atlético: Sergio García no acertó a rematar el balón, pero sí Courtois, que lo introdujo en su portería.

Una situación novedosa para el Atlético en esta Liga. Simeone no esperó para cambiar completamente el dibujo de su equipo: salieron Arda y Adrián por Raúl García y Gabi. Los hombres de Aguirre aguantaron de pie el asedio, muy bien asentados en el campo, y saliendo al contragolpe con Sergio García como actor principal.

Pocas opciones se trabajó el Atlético para dar la vuelta a la situación , ni siquiera prescindiendo de otro mediocentro defensivo, Mario Suárez, por el Cebolla Rodríguez. Tuvo el empate Costa tras un servicio de Villa, pero el hispanobrasileño cruzó en exceso la pelota ante la salida de Kiko. Así acabó la racha triunfal de un equipo que, si hace caso a su filosofía, ya debe estar pensando en el próximo partido.