salarios
Cuando los futbolistas no eran inmensamente ricos...
Los 15 kilos de euros netos que cobra Cristiano Ronaldo por temporada o los 12 de Messi contrastan con los «apenas» 13 millones de pesetas que ganaba el fichaje más caro de 1980
aitor santos moya
Hubo un tiempo en que ser futbolista no significaba navegar en un océano de billetes. Si acaso, en un lago de holgadas dimensiones. A lo largo de la historia dedicarse profesionalmente al mundo del balompié ha convertido a los protagonistas en auténticos privilegiados, que a ... través de espléndidos salarios han experimentado un nivel de vida muy por delante del que podría tener casi cualquier trabajador del mundo.
Sin embargo, resulta curioso observar como en un período de fuerte crisis económica las diferencias entre los sueldos que percibían las estrellas de antaño y las de ahora se han disparado de forma sorprendente. En 1979 Laurie Cunningham desembarcaba en el Santiago Bernabeu para convertirse por 195 millones de pesetas en el fichaje más caro de la época. Por aquel entonces, además de ser el primer inglés en vestir la elástica blanca pasaría a formar parte del selecto club de los jugadores mejor pagados .
Conocido como «La Perla Negra», el delantero británico firmó un suculento contrato de 13 millones de pesetas por temporada que traducido a estos tiempos, supone un montante total de 78.132 euros. Si nos atenemos al salario mínimo interprofesional (SMI) de hace 23 años, establecido en 22.770 pesetas al mes, Cunningham ganaba en ese mismo período de tiempo el equivalente a 48 sueldos de la escala más baja.
Ahora bien, trasladando esta misma operación al actual 2013 y escogiendo al jugador mejor pagado del mundo, se aprecia una brecha económica mucho mayor entre los ases del balón y la sociedad media. El pasado mes de septiembre Cristiano Ronaldo firmaba una suculenta renovación a través de la cual sus emolumentos han aumentado hasta los 15 millones de euros netos al año. Volviendo a tomar como referencia el salario mínimo interprofesional, pero de este año, fijado en 645,30 euros al mes, el jugador luso cobra lo mismo que 1937 trabajadores situados, en términos de remuneración económica, en el escalafón más bajo del mercado laboral.
Contratos publicitarios al margen, el extremo portugués ha visto multiplicada su nómina por 191 respecto a Cunningham mientras que la evolución del SMI durante este tiempo apenas lo ha hecho por 4,7. Un espectacular crecimiento que puede entenderse si nos atenemos a varios factores clave en la evolución del fútbol.
La Ley Bosman
En 1990 el exfutbolista belga Jean-Marc Bosman presentó una denuncia al comprobar como su club, el RFC Lieja, le reducía un 60% el sueldo después de impedir su fichaje por el equipo francés Dunquerque, a pesar de que su relación contractual había vencido ese mismo año. El origen del pase truncado residía en la negación del club comprador a pagar una cantidad compensatoria por un deportista que no tenía en dicho momento contrato en vigor.
Tras un largo y costoso proceso legal, el 15 de diciembre de 1995 el Tribunal Europeo de Justicia dictó una sentencia histórica que declaraba ilegales las indemnizaciones a los clubes por los traspasos y decretaba la libre circulación de jugadores europeos por todo el ámbito de la Unión Europea, eliminando los denominados «cupos de extranjero».
La sentencia decretó la libre circulación de jugadores europeos por toda la UEA raíz de aquello, el planeta fútbol entró de lleno en el libre mercado de la oferta y demanda. Las instituciones más poderosas de las grandes ligas europeas empezaron a contratar a los cracks mundiales con independencia de su nacionalidad y del coste de las operaciones. Por otra parte, el caso Bosman colocó en una posición fuerte a los futbolistas que vieron como su capacidad negociadora para obtener mejores contratos aumentaba exponencialmente.
Dentro de España, un momento determinante guarda relación con la entrada en vigor de Ley de la Televisión privada en 1988. Con el nacimiento de las cadenas privadas se daba el pistoletazo de salida a una nueva etapa en la lucha por los derechos televisivos de la Liga Nacional de Fútbol Profesional, que de forma progresiva fue contribuyendo a disparar los ingresos de los clubes y por ende las retribuciones de sus asalariados.
Otras causas como el progreso tecnológico o la globalización mundial han aportado su «granito de arena» llevando el deporte rey a prácticamente todos los rincones del globo. Este hecho, que ha aumentado sus límites de popularidad hasta límites insospechados, es el motivo principal por el que cada vez más firmas comerciales centran hoy en día sus objetivos hacia las grandes estrellas futbolísticas, nuevos y millonarios, iconos del planeta Tierra.
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