Un Barça espeso gana con polémica

Piqué, poco acertado, era el reflejo de un conjunto poco dinámico, con los únicos destellos de Neymar . Pases previsibles, ciertos movimientos inadecuados y un Sevilla que visualizaba el partido como al estratega Emery le gusta. Los andaluces adquirieron confianza sobre el campo y mediante contragolpes y jugadas a balón parado crearon peligro. A pesar de ello, el Barcelona se subió al tren a tiempo y un perfecto centro aéreo de Adriano —había sustituido al lesionado Jordi Alba — encontró la cabeza del exsevillista Dani Alves, que condenó a sus compañeros del pasado. A partir del gol, nada cambió. El Sevilla buscó sorprender y aprovecharse del estado sosegado rival. Así se llegó al descanso.

En la reanudación, más de lo mismo. Sólo Neymar podía abrir la muralla defensiva sevillista. Coke, lateral diestro, tuvo pesadillas con el brasileño, que encaraba una y otra vez marchándose con facilidad por su banda. Como respuesta, los saques de esquina brindaron numerosas ocasiones al conjunto de Emery y, en uno de ellos, Cala remató a gol, aunque no subió al marcador porque inmediatamente, el colegiado Muñiz Fernández lo anuló, señalando una dudosa falta previa sobre Dani Alves.

Martino movió el banquillo y dio entrada a Cesc, tocado con una varita mágica esta temporada. Todo lo que pasa por sus botas se convierte en ocasión clara de gol. El de Arenys tocó por primera vez el balón y, girando sobre sí mismo, se lo entregó a Neymar para que éste regalase el gol a Messi . Los andaluces, sin rendirse, inquietaron la portería de Valdés hasta que igualaron la contienda. Además, tuvieron el tercero antes de recibir la condena final. Gran mérito visitante.