Villa, tres años sin brillo

Desde entonces, Villa no ha acabado de explotar con el Barcelona. Muy querido por la grada del Camp Nou , al asturiano le ha acompañado siempre el debate sobre su estado y en 119 partidos oficiales ha marcado 48 goles: 33 en la Liga Española, 8 en la Liga de Campeones, 6 en la Copa del Rey y uno en la Supercopa de España.

Su fichaje se celebró en el Barcelona porque mejoraba a una plantilla casi perfecta. Pasó a ser la referencia ofensiva, el relevo de Zlatan Ibrahimovic cuando el sueco se fue de mala manera y enfrentado con Pep Guardiola, y Villa completó un primer curso notable. Siempre dice que su gol en la final de Wembley , en donde el Barça conquistó la cuarta Champions al derrotar al Manchester United, es uno de los más importantes de su carrera, quizá el que más. Villa era el hombre más feliz del planeta.

Pero se torció su camino en el Mundial de Clubes de 2011. Villa, luchando por un balón, sufrió una fractura por estrés de la tibia de la pierna izquierda que le obligó a estar inactivo durante ocho meses. Fue un calvario, una tortura que le privó de estar con España en la Eurocopa de Ucrania y Polonia y de la que le costó un mundo recuperarse. Villa, de hecho, sigue luchando por recuperar esas sensaciones.

Básicamente porque ha ido a trompicones, decisivo un día y apagado al otro. Se llegó a decir de él que no se entendía con Leo Messi , que no se pasaban la pelota, y eso es un asunto mayor en el Camp Nou porque ya se sabe el peso que tiene el argentino. Ambos lo desmintieron mil veces, pero les acompañó el murmullo mediático, devorador el entorno a la hora de generar debates.

Costó 40 millones y se vende por 5,1 , una operación muy extraña según las explicaciones del Barcelona. Son 2,1 millones el primer año, dos más para la temporada 2014-15 y el último se pagaría siempre y cuando se quedara un tercer curso. David Villa, que tenía una de las fichas más altas en el vestuario del Barcelona, se rebajará el sueldo y a cambio ganará minutos .

No los tenía en sus últimos meses de azulgrana. Se dijo que le quería el Tottenham y también sonó para el Manchester United, pero el delantero prefiere quedarse en España. Su primer partido oficial con el Atlético podría ser en la Supercopa de España y precisamente ante el Barcelona, morbo para el mes de agosto.

El máximo goleador de la historia de la selección española (56 tantos) también cambia de camiseta porque necesita un buen escaparate en el que promocionarse. El verano que viene se celebra el Mundial de Brasil y la competencia para entrar en la lista de Vicente del Bosque cada ves es mayor. Villa quiere seguir siendo el «7» de España .