copa confederaciones
Neymar está en ebullición
El delantero vuelve a marcar y a guiar a Brasil frente a la impotencia de México
Neymar ha entrado en ebullición. Ha elevado la temperatura de su juego en la Copa Confederaciones y se ha convertido en el faro que guía a Brasil. Marcó otra vez el delantero en una maniobra fantástica, construyó el segundo gol en un regate magistral ... y sentenció a México , preso de la inoperancia y el miedo. Segunda victoria de la selección brasileña, aunque sin seducción esta vez. [Narración y estadísticas]
Neymar se encuentra en estado de ebullición. El crack del Barcelona disputa su primer certamen internacional de envergadura y lo hace con notoriedad y peso específico. Brasil vive enganchada a la bota del mohicano en la Copa Confederaciones . No cabe duda, el delantero tiene ángel. En el primer partido, contra Japón, cortó la cinta con un soberbio golazo en el minuto tres. Ayer repitió el episodio.
En el minuto nueve el balón cayó sin dueño en el área de México y Neymar volvió a abrir la lata. Gran zurdazo en volea, raso y pegado al poste, imposible para el portero Corona. De nuevo se sintió liberada Brasil, la selección de todos. Regresó a un juego de intenciones profundas, siempre amplio en la ofensiva, con laterales largos (Dani Alves y Marcelo) y combinaciones rápidas por el centro.
El fornido Hulk desahoga lo suyo . Protege el balón, protege con su corpachón y suele hacerse hueco para lanzar chupinazos. Brasil lo buscó con pertinaz insistencia, lo que da idea de que su fútbol no fue tan fluido como el primer día. Le costó enlazar jugadas porque México presionó con mucha más fuerza que Japón y por ahí descubrió alguna debilidad creativa la seleçao. No estuvieron tan finos Paulinho y Luiz Gustavo y México consiguió reponerse con orgullo y voluntad de acción.
Tensó el encuentro Guardado con un zarpazo a Neymar que avisó de las pretensiones aztecas. No tenían previsto rendirse en un ambiente adverso, pese a Neymar, el público y el pronóstico contrario. Casualidad o no, David Luiz rifó la nariz en un córner en el que chocó contra una cabeza enemiga. Y se pasó la primera parte con un algodón taponando la sangre que no dejaba de manar.
México propuso un juego brusco, lleno de piedras , para llegar a un propósito disperso. Quiso empatar sin chutar a la portería de Julio César, puesto todo su interés en cortar, percutir o robar el balón a los brasileños. el público se percató de que jugaba Chicharito Hernández a los 70 minutos, en un intento de disparo que se marchó muy alto. Solo al final apretó el paso.
Brasil no sedujo a sus seguidores, no prometió samba y encauzó el partido gracias al oficio de sus jugadores. Neymar siguió a lo suyo, corriendo como un gamo y destrozando a la zaga mexicana con sus cambios de ritmo. Y fabricó el segundo en un majestuoso regate a dos defensas que terminó en el gol de Jo.
Neymar está en ebullición
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