conmociones cerebrales
Cabezazos contra la memoria
Un estudio sostiene que los futbolistas que más rematan de cabeza sufren pequeños cambios en la materia blanca
v. pérez
Varios neurólogos estudian desde hace años los posibles daños a largo plazo que pueden sufrir los cerebros de los futbolistas , expuestos durante años a continuados golpeos directos con el balón, a menudo a gran velocidad, y a choques con otros rivales, ... que pueden desembocar en conmociones cerebrales.
Un grupo de investigadores del Colegio Albert Einstein de Medicina, en la Universidad Yeshiva de Nueva York sostiene en un estudio publicado en la revista Radiology que los jugadores que más rematan de cabeza sufren anormalidades en el cerebro similares a los pacientes que han sufrido conmociones, algo que preocupa mucho en otros deportes de contacto.
Varios estudios han demostrado durante los últimos tiempos que algunos jugadores de fútbol americano, hockey sobre hielo o incluso béisbol pueden llegar a desarrollar traumatismo craneoencefálico crónico (CTE) por las continuas conmociones cerebrales que sufren durante sus carreras. Esos golpes afectan al tejido cerebral y pueden llegar a desembocar en cuadros de depresión, trastornos compulsivos o pérdida de memoria y funciones cognitivas.
De la NFL a la muerte de Astle
Las autopsias a varios exjugadores de la NFL y NHL muertos a una edad temprana han demostrado que padecían esta enfermedad que magulla el cerebro, lo que ha obligado a modificar la normativa de estos deportes para proteger a los jugadores. En el caso de la NFL muchas familias de jugadores y exjugadores han decidido demandar al campeonato por ocultar y subestimar los riesgos de estas conmociones.
La investigación en el caso del fútbol todavía está en su infancia, aunque la relación entre los cabezazos y los posibles riesgos para el cerebro se han estudiado desde hace décadas . Célebre es el caso de Jeff Astle , icono del West Bromwich Albion en tiempos de los Beatles y uno de los mejores rematadores de cabeza de su generación, que murió a los 59 años víctima de un coágulo en el cerebro y la justicia determinó que existía relación con el fútbol por por los continuos cabezazos que había dado durante su trayectoria profesional.
Todavía lejos de probar la relación entre el traumatismo craneoencefálico crónico (CTE) y el fútbol, los investigadores de la Universidad de Yeshiva han descubierto que los jugadores que más rematan al balón sufren alteraciones en el cerebro. «Los cabezazos reiterados pueden iniciar una cascada de respuestas que lleve a la degeneración de las células cerebrales », explica Michael Lipton, director del Centro de Investigación de Resonancia Magnética.
Peores resultados en las pruebas de memoria
En el estudio han participado 37 adultos que habían jugado desde la infancia al fútbol, un promedio de 22 años, lo que permite analizar esos cambios a largo plazo. Los investigadores calcularon la media de cabezazos al balón de los sujetos durante los partidos -entre seis y doce veces- y los entrenamientos -alrededor de treinta-, además de analizar la velocidad del balón ya que los futbolistas pueden rematar balones que se desplazan a casi 80 kilómetros por hora. Los investigadores utilizaron para estudiar el cerebro una avanzada técnica de imagen por resonancia magnética -llamada imagen con tensor de difusión o DTI- para estudiar el movimiento de las moléculas de agua en los axones, las fibras nerviosas que constituyen la materia blanca del cerebro.
«Los datos de los cabeceadores más frecuentes mostraron anormalidades de la materia blanca similares a las que hemos visto en los pacientes con conmociones», explica Lipton. Según el estudio, los futbolistas que han rematado más de 1800 veces en un año tuvieron una media de resultados más baja en las pruebas de memoria a las que se sometieron todos los sujetos, lo que sugiere que esos cabezazos podrían afectar directamente a la habilidad cognitiva de los futbolistas, algo que rechaza la FIFA. «No existe ninguna prueba de una relación causal entre el fútbol y ninguna enfermedad neurodegenerativa», explicaba meses atrás a ABC Jiri Dvorak , también neurólogo, jefe de la oficina médica de la FIFA .
El debate sobre los riesgos del fútbol para el cerebro está más abierto que nunca. «Para mí no hay duda de que el fútbol es tan peligroso como otros deportes porque jugamos desprotegidos », explicaba a este diario Taylor Twellman, uno de los máximos goleadores en la historia de la MLS estadounidense, que colgó las botas a los 30 años. Todavía queda por demostrar, con estudios más amplios, si existe relación directa entre el fútbol y enfermedades neurodegenerativas como el CTE, también si los niños corren más peligro de padecer lesiones a largo plazo como alertaron a ABC varios neurólogos , que piden eliminar los cabezazos de los partidos de los más pequeños.
Cabezazos contra la memoria
Noticias relacionadas
- «Los niños no deberían dar cabezazos a un balón de fútbol hasta cumplir los 18 años»
- El desconocido riesgo a largo plazo de las conmociones cerebrales para los futbolistas
- La enfermedad invisible que magulla el cerebro de los jugadores amenaza a la NFL
- Muere un jugador ruso de hockey sobre hielo después de un golpe en la cabeza
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete