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Final de la Champions: Robben acaba con su maldición para convertirse en héroe del Bayern
Después de perder cuatro finales en tres años, el extremo se corona en Wembley con un gol para la historia del Bayern
víctor pérez
Nadie sonrió tanto en Wembley como Arjen Robben , el héroe de la final de la Champions para el Bayern que se desquitó de su gafe con las finales con un gol para la historia en el minuto 89. La zurda de ... Robben tumbó al Borussia Dortmund y elevó al cielo a un futbolista con un talento indudable que se ha acostumbrado a vivir eternamente cuestionado.
Tuvieron que pasar cuatro finales, aquel mano a mano contra Íker Casillas en Sudáfrica, ese penalti fallado en la prórroga en casa ante el Chelsea, pero Robben por fin fue un héroe . Apareció en el momento justo, casi en el último segundo, para decantar la final a favor del Bayern. Al fin la gloria. Las cámaras buscaban la sonrisa del holandés, que saboreó el momento después del pitido final con una carrera hacia la grada, para festejar el triunfo con los más fieles del Bayern. Era la noche de Arjen.
El camino a Wembley fue duro, quizás más complicado de lo jamás imaginado por Robben. Salió del Real Madrid por la puerta de atrás para aterrizar en un Bayern con mimbres de campeón: levantó la Bundesliga y la Copa nada más llegar. El gafe comenzó el verano siguiente, en el Santiago Bernabéu , en la final de la Champions League que se llevó el Inter de Milán de Mourinho. El extremo, un futbolista con una técnica envidiable y un disparo lleno de veneno, fue de los mejores del Bayern pero no acertó.
Silbado por la afición del Bayern
Mes y medio más tarde la maldición se extendía en Sudáfrica con aquella final inolvidable para España y su mano a mano fallado ante Casillas en el minuto 62, con 0-0 en el marcador. Robben cerraba una temporada brillante con dos decepciones mayúsculas, una historia que se repetiría un par de años más tarde, en 2012. Primero con la derrota en la final de la Copa ante el Borussia Dortmund de Jurgen Klopp en la que marcó un gol pero fue eclipsado por el hat-trick del gigante Lewandowski.
El varapalo mayor llegaría en la esperada final del Allianz Arena , en Múnich, entre Bayern y Chelsea, que borró de nuevo la sonrisa de Robben. El extremo holandés falló en la prórroga un penalti ante Petr Cech que pudo haber regalado la quinta Copa de Europa al Bayern. Ese penalti nunca entró y luego la ruleta de la tanda de penaltis dio el título al sorprendente Chelsea. Fue un momento duro para Robben, que tres días después de aquella final fue silbado por su propia afición en un amistoso entre la selección de los Países Bajos y el Bayern.
«No quieres llevar el sello de perdedor», sentenció un liberado Robben después de la final de Wembley. Tampoco fue fácil para él ese partido. Falló varias ocasiones claras ante un sobresaliente Weidenfeller, lastrado por ese handicap que tiene por pierna derecha. «Tuve varias ocasiones que no terminaron en gol pero me mantuve tranquilo y al fin llegó la ocasión definitiva », explicó el jugador, que dio la asistencia en el gol de Mandzukic y anotó -con la zurda, claro- el tanto definitivo en el minuto 89. Por fin llegaba el gol para Robben, que lo había intentado por todos los medios con 25 disparos en las tres finales que había disputado hasta entonces.
Además de la gloria por ese gol, Robben, señalado desde hace tiempo por su punto egoísta sobre el césped, se llevó el premio al mejor jugador de la final. Se lo entregó nada menos que Sir Alex Ferguson . «No puedo describir lo que pasa por la cabeza, son muchas emociones, pero fue una sensación de 'por fin'», resumió Robben. El nuevo héroe de Múnich.
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