El jaque del Mónaco al fútbol francés

El centenario Mónaco se ha ganado sobre el césped el ascenso como campeón destacado de la segunda división, pero a estas alturas todo son dudas sobre dónde jugará la próxima temporada, contratiempo enorme para cerrar unos fichajes que, pese a todo, se anuncian a bombo y platillo. El problema, como casi siempre en el fútbol, es económico. Cuestión de impuestos . Las autoridades deportivas del país exigen que al club que traslade su sede social a Francia para que deje el paraíso fiscal de Montecarlo y compita en igualdad de condiciones con el resto de equipos , que amenazan con boicotear la competición.

Nacido de la unión de cinco equipos dedicados a diversos deportes de la ciudad, el Mónaco lleva más de noventa años jugando dentro de la estructura del fútbol francés aunque la relación deportiva, paralela a la situación política, ha generado más de un conflicto. El convenio firmado hace medio siglo por Charles De Gaulle y el rey Rainiero estableció que los jugadores del Mónaco pasarían a pagar sus impuestos en Francia, aunque con una tributación especial. Además, los jugadores extranjeros quedaban al margen de la medida, un recoveco legal que ahora la Francia de Hollande ve como una traba importante en su capacidad para recaudar ingresos.

El Mónaco , el primer trabajo serio de Arsene Wenger , el equipo del que salieron los Thuram, Petit o Thierry Henry para tocar el cielo con la selección francesa, no ha sido un problema serio hasta que llegó a la presidencia Dmitry Rybolovlev, el excéntrico millonario ruso que ha aparecido varias veces en la lista Forbes como uno de los más ricos del mundo , una cartera sin fondos abierta a todo tipo de caprichos, como gastarse 68 millones de euros en un apartamento de lujo -terraza de 200 metros, diez habitaciones y 17 armarios- en Central Park, considerado el más caro de todo el mercado inmobiliario de Nueva York.

Fichajes de Champions libres de impuestos

Recibido con los brazos abiertos por el príncipe Alberto, Rybolovlev llegó al Mónaco hace dos años dispuesto a devolver -talonario mediante- al equipo a la primera línea del fútbol. Con el italiano Claudio Ranieri sentado en el banquillo , el club se ha proclamado campeón en su paso por el infierno de la segunda división. El ascenso del Mónaco ha desatado las alarmas entre los clubes y, sobre todo, entre los representantes de jugadores: Rybolovlev tiene dinero suficiente para tutear al PSG de los petrodólares qatarís. Por eso en las últimas semanas se han disparado los rumores sobre el interés en estrellas de la talla de Radamel Falcao -60 millones de cláusula-, Víctor Valdés, Joao Moutinho o James Rodríguez.

Los pomposos fichajes del Mónaco, sin embargo, penden de un hilo por ese conflicto fiscal del club con las autoridades deportivas francesas, especialmente por la ley Hollande que obliga a los equipos a pagar un 75 por ciento de impuestos sobre el salario de sus jugadores . Si el Mónaco, que no se plantea mudarse, sigue en el Principado tendrá una ventaja notable respecto a sus rivales para fichar estrellas, lo que ya ha generado un malestar que podría desembocar en boicot.

Según el Mónaco la petición de la Federación viola varios principios fundamentales del derecho francés y el derecho europeo , incluido el principio de la libre circulación, el principio de la libre competencia, el principio de libre acceso a las competiciones deportivas, así como el tratado fiscal firmado por De Gaulle y Rainiero.

En las últimas semanas, sobre todo después de consumarse el ascenso, se han acelerado las conversaciones entre el equipo y la Federación Francesa, que ha ofrecido un plan B al Mónaco: 200 millones de euros a cambio de evitar la mudanza. Tan poco le gustó la idea a Rybolovlev que inmediatamente filtró la cifra a la prensa y ha anunciado que el club acudirá nada menos que al Consejo de Estado de Francia , órgano consultivo supremo del gobierno, para intentar resolver una situación que tiene en jaque la próxima temporada del fútbol francés.