ATlÉTICO DE MADRID
Final Copa del Rey: Simeone cambia la historia del Atlético
El técnico aporta estabilidad al Atlético, con el que conquista el tercer título en poco más de un año
J. C. CARABIAS
Diego Simeone ha transformado la dinámica del Atlético. El título de la Copa del Rey (el tercero que consigue en un año) eleva la jerarquía del técnico como soporte de un club convulso, educado en los vaivenes de la montaña rusa. Simeone es ahora ... el pilar del Atlético.
La historia del Atlético derivó hacia un punto fatídico el 15 de mayo de 1974. Georg Schwarzenbeck, un defensa alemán que no atravesó la pasarela de la fama, se convirtió en un espectro para el club del Manzanares: siempre sobrevoló por las entrañas de la entidad aquel zambombazo lejano del zaguero que cogió desprevenido a Miguel Reina. Vicente Calderón, el presidente legendario del Atlético, acuñó entonces aquel apelativo desastroso. «Somos el Pupas».
Desde entonces el Atlético ha vivido su grandeza con ese lunar en el alma y ese elocuente mote de su ex presidente. El «Pupas» siempre ha triturado los intestinos del aficionado rojiblanco, entregado a sus colores pero incapaz de presenciar un ciclo regular, ordenado, sistemático de su equipo. Hace trece años conquistó el doblete (Liga y Copa), pero no supo construir un proyecto fiable y duradero. Radomir Antic fue el artífice, pero a intervalos. Lo echaron, volvió y el equipo bajó a Segunda cuatro temporadas después. Siempre en la montaña rusa.
Han pasado entrenadores de todos los pelajes, directores deportivos de uno y otro signo y ninguno asentó el club. Llegó Simeone después de otro período calamitoso (la segunda etapa del ínclito Gregorio Manzano) y después de un cisma total (el equipo eliminado de la Copa, hundido en la Liga, sin esperanza en la Europa League) ha girado hacia la estabilidad.
Simeone lo ha conseguido. Ha invocado a la unanimidad. Lo quiere la afición, un segmento de la institución que tiene peso por su voz más que su voto, lo protegen los jugadores y lo han promocionado los dirigentes. Aunque más que todo, ha sido el propio técnico argentino el que ha pacificado la entidad con tres argumentos: los éxitos deportivos (títulos en torneos de eliminación), el discurso (conecta con la gente del Manzanares) y un fútbol intenso (enlanza con la tradición del club).
Antes de la final de la Copa del Rey, Simeone ya ha cumplido el objetivo que le marcaron desde la planta noble: colocar al equipo en la Champions. Ningún aficionado acudió a Neptuno para festejar el tercer puesto en la Liga, pero esa plaza proporciona ingresos (20 millones por participar más un millón por cada partido ganado), visión de futuro y estabilidad deportiva. Solo compitiendo en la Champions es imaginable que Falcao tenga alguna posibilidad de continuar en el Atlético.
«Estoy donde quiero estar», le gusta decir a Cholo Simeone (43 años), muy partidario de las frases rotundas. Ha firmado uno de esos contratos inimaginables hace tiempo en el Calderón. Cuatro temporadas. Plan de largo recorrido para el entrenador que ha cambiado la historia del Atlético, el club que quiso dejar de ser el «Pupas».
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