El fin del inmovilismo en los banquillos de la Premier League

Como mínimo, cuatro de los seis primeros equipos de la Premier League comenzarán la próxima temporada con un técnico distinto al que inició el curso la campaña anterior: Manchester United, Manchester City, Chelsea y Everton cambiarán de jefe, pero todavía no se han cerrado las dudas sobre si habrá también sorpresa en los banquillos del Arsenal y Tottenham, en los que podría haber efecto dominó.

De Ferguson a Moyes

El primer cambio confirmado llega en el campeón, el Manchester United, que cierra la etapa de 26 años en el banquillo de Old Trafford de Sir Alex Ferguson , el hombre récord. El escocés entrega el testigo a su compatriota David Moyes, hasta ahora en el banquillo del Everton, que acabará la temporada en la sexta plaza y firmará un contrato de seis temporadas con el United.

Aunque la elección de David Moyes haya sido recibido con los brazos abiertos por prensa y afición, sobre Old Trafford planean un puñado de interrogantes sobre lo que será el futuro del United sin el imán de Alex Ferguson. Para empezar tendrá que lidiar con la papeleta de Wayne Rooney, que ha solicitado por segunda vez su salida del club. «Rooney era y es un futbolista de un talento excepcional» , explicaba estos días Moyes, entrenador del delantero durante su etapa en el Everton.

«Cuando le vendimos al Manchester United ya era un jugador fantástico», sentencia. Señales de paz para iniciar su travesía en el United, que le ha brindado un contrato de 6 años para subrayar su confianza en él, aunque resulta difícil pensar en que su estancia en Old Trafford se acerque a los números de Ferguson.

El «holístico» Mancini

Al otro lado de la ciudad, en la parte este, todavía retumba el comunicado oficial del Manchester City, que ha decidido romper abruptamente el contrato de Roberto Mancini a falta de dos partidos para acabar la temporada. Aunque era un despido más que anunciado, las formas han enfurecido a la afición, que no entiende que la directiva señale que Mancini carecía de una visión del equipo «holística», adjetivo que han reproducido los hinchas con sorna en las redes sociales.

Criticado ferozmente en el resto de Europa por sus pésimos resultados en la Champions League, sobre todo al contar con un presupuesto sin límite, la afición ha respaldado hasta el último momento al entrenador italiano , convertido en héroe al conquistar la pasada Premier League. Ahora el futuro del City parece pasar, a pesar de la afición, por Manuel Pellegrini.

La incógnita del Chelsea

Otro banquillo que cambiará de manos en verano será el Chelsea entrenado hasta ahora por Rafa Benítez , contratado como «interino» el pasado mes de noviembre tras el despido fulminante de Roberto di Matteo. El técnico español no ha gozado del apoyo de la grada de Stamford Bridge, pero ha sabido manejar al vestuario para centrarse sobre el terreno de juego y alcanzar al menos la final de la Europa League contra el Benfica.

Todas las quinielas apuntan a que José Mourinho dirigirá al Chelsea la próxima temporada. El entrenador portugués ya entrenó al equipo londinense durante cuatro temporadas conquistando dos títulos de Liga y una FA Cup, pero regresaría de la mano de Abramovich para intentar asaltar la Champions League.

Wenger, Villas-Boas y el efecto dominó

Cuatro cambios confirmados y dos puestos todavía en el aire. El final de la Premier League marcará el futuro de Arsenal y Tottenham Hotspur, que pelean por el cuarto puesto de la clasificación, el último que da acceso a jugar la Liga de Campeones.

Aunque la marea ha amainado para Wenger, la mediocre temporada del Arsenal , una más sin levantar un título, podría terminar por cerrar la etapa del entrenador francés, que suma ya 17 años en el equipo, si finalmente no consigue alcanzar esa cuarta plaza.

El mundo al revés en los vecinos del norte, los Spurs comandados por Villas-Boas que están muy cerca de cumplir el sueño de regresar a la máxima competición europea. Eso sí, el éxito sobre el césped aumentaría el caché del entrenador portugués y haría muy complicado para el club evitar que un grande le seduzca con el talonario. La Premier ya no es lo que era.