Jupp Heynckes se jubilará en la cúspide del fútbol europeo

«Algún día tienes que decidir que ya es suficiente», explica Heynckes «El 8 de mayo cumpliré 68 años, llevo 50 en el fútbol como jugador y entrenador y algún día tienes que decidir que ya es suficiente», explicaba en rueda de prensa el técnico alemán con una enorme sonrisa, orgulloso, muy orgulloso del excelente nivel de su Bayern en la Champions League, de nuevo a las puertas de una temporada histórica.

Un tipo discreto , pragmático como buen alemán, Heynckes ha pasado casi de puntillas por los banquillos del fútbol europeo. Campeón tres veces de la Bundesliga, a un paso de conquistar la que sería su s egunda Champions que le colocaría entre mitos como Ottmar Hitzfeld, Ernst Happel o Dettmar Cramer, el cartel de Heynckes nunca ha estado al nivel de Del Bosque, Mourinho o Guardiola, su sucesor en el Bayern. Ni siquiera su imagen destaca ahora que el fútbol alemán vuelve a estar de moda, relegado a un segundo plano por el imán de Jurgen Klopp .

El incómodo fichaje de Guardiola

«Beckenbauer pensaba que Javi Martínez era una clase de café»Tres décadas en los banquillos que se resumen en una sola, esta última, en la que se ha enfrentado a una situación inédita. El Bayern anunció por sorpresa en enero la llegada de Pep Guardiola cuando Heynckes todavía no se había pronunciado sobre su futuro. Muchos lo entendieron como desprecio a un técnico que jamás ha levantado la voz en público, pero sí ha dejado muestras más que evidentes de su enfado. Jupp ha declinado la oferta de seguir después de esta temporada en el organigrama del Bayern alegando que su equipo siempre ha sido el otro Borussia, el Monchengladbach, con el que conquistó cuatro Bundesligas y una UEFA en su mejor etapa como futbolista en la que también llegó a la cima con la selección.

Heynckes será alemán, pero en los últimos meses ha demostrado que no es de hielo. El cacareado fichaje de Guardiola ha acabado por irritarle , especialmente porque durante semanas la atención se centró en lo que sería el futuro del Bayern con Pep al mando, de ahí que Heynckes haya reivindicado en este tiempo su papel en la renovación del club. Por ejemplo, subrayando la importancia del fichaje de Javi Martínez el pasado verano. «Nadie le conocía cuando llegó, ¡Beckenbauer pensaba que hablábamos de una clase de café! », exclamó en febrero.

El destino llevó al Bayern en semifinales a enfrentarse precisamente contra el Barça, lo que sacó el nombre de Guardiola de nuevo a la palestra. «¿Llamar a Guardiola? Conozco suficientemente al Barcelona» , despachó Heynckes con mucha educación , ni una palabra fea, alabando siempre el estilo de Pep.

La Séptima del Real Madrid

El horizonte de Wembley ha multiplicado los elogios hacia Heynckes, un entrenador metódico que ha aprendido a reciclarse y brillar ante la adversidad . Llegó al banquillo del Bayern por primera vez con 32 años y conquistó dos ligas en cuatro temporadas para acabar siendo despedido por Hoeness al inicio del quinto año, lastrado el joven técnico por su falta de carisma.

Después de pasar por los banquillos de Athletic y Tenerife Jupp Heynckes aterrizó en el Real Madrid. El trayecto hasta la final de Ámsterdam fue un suplicio. «Solía perder los nervios y cargar contra los jugadores cuando estaba bajo presión» , cuenta Ronald Reng, autor de la biografía de Robert Enke, capitán del Benfica que entrenaría el alemán poco después.

«En el Madrid es muy difícil trabajar, la prensa y directivos tienen ganas de hablar»Señalado en España por su incapacidad de mantener el orden en un vestuario repleto de estrellas y egos que se revolvió más de una vez contra el técnico, nada que ver con el argentino Capello, Heynckes se despidió con la Séptima , la Copa de Europa que el Real Madrid esperó durante 32 años hasta aquel imborrable gol de Predrag Mijatović. Después de las celebraciones Lorenzo Sanz anunció su marcha. «Ya no controlaba el vestuario, se le fue de las manos. Quizás ha sido demasiado buena gente », explicó el entonces presidente . Heynckes se fue con la cabeza alta. «Hay mucha prensa con ganas de hablar, no me he sentido respaldado por la directiva. Aquí es muy complicado trabajar», despachó en su despedida.

Desde entonces, Heynckes se ha renovado como pocos -las sesiones de vídeo sobre los rivales van acompañadas de presentaciones en power point- siempre desde la humildad. En 2007 protagonizó una de las despedidas más pinturescas de la historia del fútbol cuando fue cesado como entrenador de su querido Monchengladbach después de una etapa convulsa por los malos resultados: Jupp llevó el coche que le había prestado el club a una máquina de autolavado, luego llenó el depósito en una gasolinera y lo dejó, como nuevo, frente a las oficinas del club. Ahora, después de medio siglo entregado al fútbol, Heynckes pretende ascender al Olimpo con el primer triplete (Liga, Copa y Champions) del fútbol alemán.