LIGA BBVA | JORNADA 32

El Barcelona ensaya el alirón

Los azulgrana superan al Levante (1-0) con un tanto de Cesc y podrían ser campeones la próxima semana

El Barcelona ensaya el alirón AFP

ENRIQUE YUNTA

Hace mucho tiempo, quizá demasiado, que al Barcelona le sobra la Liga, alumno aplicado que hizo todo lo necesario en la primera parte del año para dar por seguro un título que nadie cuestiona. En el Camp Nou lo que importa es Europa y la ... gente lleva días masticando el duelo del martes ante el Bayern, una jornada decisiva para seguir soñando con Wembley y otra noche mágica en Londres. Desde esta perspectiva, los fines de semana son, sencillamente, aburridos y planos y sólo queda por ver la progresión de los secundarios, compensados con duelos irrelevantes para refrescar a la plantilla y para tratar de alimentar el propio ego. Ante el Levante llegó una entrega más de esa Liga sin sabor mientras Messi seguía el pasarratos desde la grada, ni siquiera revulsivo esta vez para no correr riesgos absurdos. El gol de Cesc, sobre la bocina, acerca el alirón. [Así lo hemos contado]

Tito Vilanova entendió que era la cita ideal para oxigenar al equipo, justito en lo físico y con pocos alicientes en el torneo doméstico. Abidal, en un nuevo episodio del milagro que protagoniza, fue titular y compartió el eje de la defensa con Adriano, dando a entender que Piqué y Bartra serán los elegidos para Múnich. El equipo de ayer servía para interpretar con qué se saldrá en Europa y de los titulares de verdad únicamente estaban Valdés, Alves e Iniesta. El resto era un once de circunstancias para una tarde rutinaria y sin exigencia.

Se consumió entre bostezos y suspiros, especialmente cruel para David Villa. El asturiano, que negocia como puede las curvas de la montaña rusa en la que vive instalado, fue el actor principal del primer tiempo porque esta vez le atormentó Keylor Navas. El portero del Levante fue el héroe y detuvo un penalti al asturiano, aunque quizá tiene más mérito el posterior remate a bocajarro de Cesc que también desvió con unos reflejos asombrosos. Además, también tuvo intervenciones de mérito ante un disparo lejanísimo de Alves y otro más de Villa. Eso, y la notable actuación de Abidal, que jugó hasta el final, fue lo más emocionante de los 45 minutos iniciales.

Sin que hubiera motivos para buscar algo más, la reanudación fue igual de soporífera e innecesaria, seguramente el Barcelona más soso y gris de la temporada. Tampoco al Levante le iba nada en la pelea, aparentemente salvado y sin aspiraciones europeas porque parece que ese tren se le ha escapado. A los valencianos les bastó con juntar las líneas y, salvo esos instantes prodigiosos de Navas al principio, no se recuerda una velada tan plácida para un visitante en el Camp Nou.

Cuando ya casi nadie esperaba nada, y volcados los estadistas por lo sorprendente del cero en el marcador del Barcelona, llegó un fogonazo de Cesc para salvar la cara. Se celebró a lo grande en el campo y en el banquillo, como si fuera media Liga. Es una jornada menos y tres puntos más, así que el Barcelona podría ser campeón la próxima semana en San Mamés. Necesita ganar y que el Madrid pierda en el derbi contra el Atlético. Alirón a la vista.

El Barcelona ensaya el alirón

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