Han pasado pocas horas desde el descalabro de Gijón ante Finlandia. Son las que ha aprovechado Vicente del Bosque para agrupar a sus huestes, reunirlas y restañar heridas. La principal ha sido la mental. Ha hecho mucho hincapié el entrenador español en que no se debe dudar de nada, que hay que seguir con el mismo estilo (tampoco es que esta gente pueda jugar de otra manera), pero con ciertas variantes.

Para ello, Del Bosque confía en la recuperación de sus dos estandartes, Xavi y Xabi Alonso, que son primordiales en la elaboración del juego y en que el tiqui taca pase de ser monótono a ser incisivo. El equipo necesita al de Tolosa para los cambios de orientación, algo fundamental para descongestionar el juego. Del Bosque ha trabajado en las últimas horas en que ante el apelotonamiento de defensas son primordiales los cambios de orientación para encontrar el lado blando de las defensas rivales. Ante Finlandia y sin Xabi Alonso eso no existió. Así pues, el madridista es esencial para enriquecer el juego exterior. Y también estará Xavi Hernández. El barcelonista se entrenó ayer por primera vez con el grupo pero en el cuadro técnico español se piensa que con dos entrenamientos más será suficiente para que pueda llegar, aunque sea un poco justo, al partido. Xavi es fundamental para que el tiqui taca se convierta en letal porque su precisión en los pases interiores es básico para desarmar las defensas contrarias.

Del Bosque no podrá contar con Jordi Alba, lesionado, ni con Silva, sancionado. Ayer se dudaba de la alternativa de Monreal para el lateral izquierdo, por lo que se pensó en Azpilicueta para la derecha y Arbeloa en el costado zurdo. No habrá tal. Lo más seguro es que juegue Monreal, que es la alternativa natural de Jordi Alba. Hay dos razones para ello: una de código de vestuario y otra táctica. La primera es que traer al lateral del Arsenal para luego meter en su lugar a un diestro sería matarle emocionalmente. Y Del Bosque no hace esas cosas. La segunda es porque Ribery va a jugar por el lado zurdo del ataque francés, y por ahí se necesita al mejor marcador que tengamos que, hoy por hoy, y a pesar de su fallo de colocación ante Finlandia es Arbeloa.

La otra variante será Pedro, que entrará en lugar de Silva. Esto hace que haya dos, o incluso tres hombres para un puesto, el de delantero centro, ya que al entrar los Xav/bi en el equipo, Iniesta sube a la izquierda. Los tres son Cesc, Villa y Negredo. El primero parte con más papeletas porque se piensa de Villa que es más efectivo desde el carril del diez que de ariete fijo, una posición que abandonó ha tiempo. Esta es la demarcación que más dudas acarrea a Del Bosque. Sabe que los centrales de Francia son muy buenos pero también muy jóvenes. Para el cuadro técnico español, meter a un nueve fijo facilitaría el trabajo de los zagueros franceses, más acostumbrados a afrontar ataques clásicos. Un hombre como Cesc, que no da ninguna referencia y aparece por zonas poco esperadas, podría ponerles en más dificultades que un ariete clásico.

El apoyo de Casillas

Ayer hubo muy buenas caras en el entrenamiento de la selección, señal de que hay confianza suficiente para ganar en París. Así lo expresaron los que salieron a la palestra. Por ejemplo, Cazorla dijo que «no tiene ningún sentido dudar de este equipo solo porque haya tenido dos empates en los dos últimos partidos. Han sido solo unos contratiempos». Por su parte, Monreal comentó que «he visto al equipo muy concentrado. Ellos ya nos dieron muchos problemas en el Calderón y allí van a ser muy fuertes».

La selección ha recibido en las últimas horas muchas muestras de apoyo, pero una de las que mejor han sido recibidas ha sido la de Íker Casillas. El portero felicitó a Sergio Ramos por su partido número cien y ayer anunciaba que acudirá a París para estar con sus compañeros y animarles en tan importante encuentro.