liga de campeones
El Valencia da la cara en París
El equipo de Valverde fue mejor que el de Ancelotti, pero el resultado de Mestalla pesó para decir adiós (1-1)
Vaciado el Valencia cuando se consumió el tiempo en París, la sensación fue de que el equipo de Valverde se despidió de la Champions dando la cara, con una actitud inmejorable, echando el resto en todo momento del complicado partido ante el Paris Saint Germain, que se mostró gris frente a un conjunto que le achuchó, que no se arrugó, que si murió finalmente en esta edición de la Copa de Europa lo hizo con las botas puestas y sin rubores, ni complejos, ni miedos como etapas anteriores, ni con el tiemble de piernas en grandes estadios y citas únicas. El duelo se cerró con empate —los tantos fueron de Lavezzi para el PSG y de Jonas para los valencianistas—, pero lo justo, y claro está que esto del fútbol no va de justicia, ni de méritos, sino de goles, hubiese sido que los españoles, al menos, hubiesen logrado el triunfo en la Ciudad de la Luz. [Narración y estadísticas]
Salió el Valencia al Parque de los Príncipes a dar la cara en un partido a todo o nada. No planteó un partido a cara de perro. Evitó enloquecer y que el negociado con el PSG le costase caro. Lo que sí hicieron los de Valverde fue mostrar garra, presión y criterio con el balón ante un conjunto que se presentó con un ejercicio de gestión del resultado obtenido en Mestalla (1-2).
Mandó el conjunto español en el césped parisino con un centro del campo con Albelda, trabajando en la labor de evitar que el equipo se partiese y de dar ayudas a una pareja de centrales cogida con pinzas, y Parejo y Tino Costa, buscando las llegadas por las bandas de Feghouli y Cissokho. Al último le abrió camino por el carril izquierdo Jonas, que cayó por el centro para conectar con Soldado. Rozando el cuarto de hora, precisamente una asistencia del brasileño al delantero valenciano finalizó en el primer remate con peligro de los valencianistas. Soldado, justo de fuerza en un carrera que ganó a Alex y Silva, le pegó cruzado, pero Sirigu atajó.
Era un cocinar las jugadas por el Valencia, mientras el PSG esperaba serio y bien cerrado atrás a salir con velocidad con Lucas Moura o Lavezzi. En la contra estaba el peligro francés, pero precisamente el «central» galo Mathieu estuvo bien en las coberturas. Sólo registró un lanzamiento entre los tres palos el equipo local, pero Guaita, siempre atento, resolvió.
Los de Valverde se trabajaron las jugadas a balón parado. Córners. Faltas laterales. Situaciones para crear peligro, donde sabía que el conjunto de Ancelotti tiene sus debilidades. Precisamente al borde del descanso Pastore estuvo cerca de anotar en su propia portería en un saque de esquina de los blanquinegros.
Zarpazo de Jonas
Regresó el Valencia del vestuario con ganas. Deseaban dar la cara. No hincar la rodilla ante los millones del jeque del Paris Saint Germain. Seguía mejor el cuadro de Valverde que el de Ancelotti, y a los diez minutos de la reanudación Jonas recibió un balón en la frontal del área francesa y le pegó un trallazo al esférico que se alojó pegado al palo en la red francesa. Más ilusión. Creían los valencianistas. Estaban a uno de la clasificación con más de media hora por delante.
Los de Valverde no desaceleraban. Entró Banega y subió el nivel ofensivo un punto. El peligro era concurrir en alguna pérdida. Los parisinos son muy peligrosos en recoger lo que les cae. Y les cayó. Gameiro encaró a los centrales, que llegaron a cortar, pero le quedó muerto a Gameiro ya solo ante Guaita. Paró el meta valenciano, pero el rechace lo cazó Lavezzi para empatar. Aún había partido.
Y el transcurso hacia el final fue el de un Valencia intentando una y otra vez el momento, la jugada, la ocasión de forzar al menos la prórroga, y un PSG que se defendía cada vez más y entraba en un bucle de situaciones de parada del partido y pérdida de tiempo, que se le fue esfumando poco a poco a los de Valverde, que acabaron empatando y diciendo adiós a Europa, pero con una actitud inmejorable.
