Un piloto de F1, detenido e interrogado durante tres horas en la aduana de Estados Unidos
El japonés Tsunoda estuvo a punto de ser devuelto a su país y de no poder participar en el GP de Las Vegas
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Tsunoda, en Las Vegas
«Por suerte, me dejaron entrar después de un par de discusiones. Bueno, en realidad muchas discusiones. Estuve a punto de que me mandaran de vuelta a casa, pero ahora todo está bien, afortunadamente estoy aquí». Yuki Tsunoda se convirtió en inesperado y sorprendente ... protagonista principal en las horas previas de la carrera de Fórmula 1 que puede decidir el título mundial 2024.
El piloto japones de la escudería RB eclipsó a Max Verstappen y a Lando Norris, la pareja que se juega el campeonato. Y lo hizo por causas ajenas a él. O, al menos, por una extraña situación en la que se vio involucrado apenas pisó suelo estadounidense tras bajarse del avión que le trajo desde su lejano país.
Así, Tsunoda relató este jueves el mal rato que pasó el pasado sábado en el aeropuerto internacional Harry Reid de Nevada. Cuando iba a pasar el control de pasaportes, agentes aduaneros le llevaron a una sala, donde comenzó un largo e incómodo interrogatorio.
«Iba con mi fisioterapeuta, pero cuando pasas por el control de aduanas tienes que hacerlo solo. De repente, me metieron en una habitación y me dejaron allí un buen rato sin decirme qué pasaba. Cuando pude hablar con alguien, le pregunté si podría avisar a la persona con la que viajaba para que me ayudara a explicarles quién era yo y a contarles que estaba allí para participar en una carrera de Fórmula 1», rememoró el nipón.
«Pero no me dejaron hablar con nadie. Quería llamar a mi equipo o a alguien de la organización de la F1 para que me ayudaran, pero en esa sala no se puede hacer nada», añadió.
Yuki, impotente, no sabía qué estaba ocurriendo. Porque llevaba el visado y demás documentación en regla y, sobre todo, porque no había tenido problema alguno en los dos anteriores grandes premios organizados en Estados Unidos: Miami y Austin (Texas.): «Me pareció muy extraño que me pararan».
Hablando de cosas extrañas, el japonés reconoció que quizás su vestimenta no le ayudó: «Llevaba un pijama de un color raro y... no sé, puede que no se creyeran que era un piloto de F1. De todas formas, creo que me presionaron mucho y que apenas me dejaron decir nada. Igual hubiera tenido más problemas si llego a hablar más, pero bueno, al final pude pasar, que es lo importante».