En el interior de Aston Martin: así es la nueva casa de Alonso

Alonso sonríe, dice estar a tope y fino físicamente, será que no me dan de comer, bromea. Es el espejo del entusiasmo en una escudería que se ha transformado del anominato a la frescura, las puertas abiertas y la amabilidad. Un viaje al interior de Aston Martin, el equipo de moda en la F1.

La Fórmula 1 es el paraíso de los cristales velados, los que permiten ver desde el interior sin ser vistos desde el exterior. Tal vez casualidad, tal vez estrategia, la casa de Aston Martin luce lunas transparentes. Un diseño moderno que alberga un detalle. En la entrada hay dos plantas que custodian el lugar, dos brotes verdes que son una excepción respecto al resto de escuderías. No hay flores en la F1.

Pasa por el lugar el piloto finlandés Valtteri Bottas, bigote prominente y una bicicleta, y levanta la mano en dirección a algún conocido. Juan Pablo Montoya, el expiloto colombiano se fotografía con un aficionado mientras observa el imponente recinto de Aston Martin.

«Sed bienvenidos», cumplimenta un asistente ataviado como el resto: camisa, pantalón y zapatillas verdes. Política de puertas abiertas, ambiente fresco y joven, sensación agradable al descubrir que los periodistas españoles no son sospechosos por su profesión y procedencia, sino profesionales que hacen su trabajo.

Las sillas en tonos crema y blanco roto predominan en la guarida de Fernando Alonso, la planta baja con mesas para reuniones y una pequeña barra para el agua o el café, y el primer piso destinado a los pilotos y a una mayor privacidad de los grupos de trabajo. La terraza fotocopia el ambiente chic de la F1, espacios amplios al aire libre y cómodas butacas para el relax del personal o los vips de rigor.

En una de las mesas altas, de modo informal, el grupo de pie, Mike Krack, el director de la escudería, mantiene una breve reunión con los distintos departamentos de marketing, comunicación, redes, prensa y demás de Aston Martin. A la vista del exterior, tono relajado, ipads en los tableros y sin estridencias en los gestos.

El médico del equipo sale de uno de los camerinos y es fácilmente identificable. Lleva un brazalete alusivo a su profesión como los antiguos doctores que atendían al aire libre a los enfermos en situaciones complejos. El médico tiene un trabajo potencial de consideración. En las instalaciones de la nueva fábrica que Aston Martin construye en Silverstone (Inglaterra) trabajan unas 700 personas con el objetivo que hace unos meses propagó el jefe de la factoría, Lawrence Stroll. «Dije hace unos años que este es un viaje de cinco temporadas para luchar por el Mundial. Hubo personas que no me creyeron y puedo entenderlo porque éramos Force India, Racing Point y ahora Aston Martin».

Entre los 700 trabajadores de la escudería de Fernando Alonso predominan los ingenieros, como en todas las familias de la Fórmula 1. En la nómina del equipo, 40 empleados se dedican a labores de comunicación, márketing, redes sociales y demás variantes de la relación con el mundo. Cinco de ellos se encargan de las tareas específicas del departamento de prensa. Pedro de la Rosa es una suerte de embajador de la marca, con autonomía para hablar en nombre de la escudería. No acude a todas las carreras.

Baja del primer piso Fernando Alonso, y como su sombra, siempre le acompaña una de estas dos personas, Edo Bendinelli, su fisioterapeuta desde hace tres lustros con Fabrizio Borra, y Michael Clayton, el asistente de prensa del asturiano que las dos últimas temporadas colaboró con él en Alpine.

Los resultados del piloto español y el rendimiento del coche, que el año pasado era el penúltimo de la parrilla, ayudan a crear una atmósfera amigable, diáfana y en la que predomina el 'vamos a intentarlo' antes que el 'eso no se puede hacer'. Alonso y su gente se han encontrado con un panel de mentes despejadas y un gusto por el atrevimiento que les ha sorprendido respecto a otras experiencias.

Un grupo de vips penetran en la estancia guiados por un relaciones públicas en verde que sonríe y enseña, escucha y abre los brazos. La seña de identidad de Aston Martin en este rutilante inicio de año con Alonso.