Un Mundial en el último suspiro

La última carrera, que se disputará en el circuito de Yas Island, lo decidirá todo. Pero esta no es la única vez que el título de pilotos se ha decidido en el último suspiro. A lo largo de la historia, en otras 26 ocasiones el campeón ha salido de la última cita del calendario , llegando incluso a decidirse en la recta final.

Interlagos decidió el campeón del mundo de la temporada 2008. Allí llegaban con opciones tanto Lewis Hamilton (McLaren) como Felipe Massa (Ferrari). El brasileño, que corría en casa, se mostró muy fuerte durante todo el fin de semana mientras que el británico, al que le valía la quinta plaza, estuvo más prudente.

La lluvia que cayó en Interlagos durante la última parte de la carrera estuvo a punto de decidir el Mundial. Hamilton cayó hasta la sexta posición tras ser adelantado por Sebastian Vettel (Toro Rosso) a tres vueltas del final. En Ferrari ya veían campeón a Felipe Massa, que cruzó la línea de meta en primera posición y con todo el equipo festejando una remontada histórica.

Sin embargo, en la última curva Vettel y Hamilton pasaron a Timo Glock, que llevaba neumáticos de seco, lo que le devolvía al piloto de McLaren su corona que, durante unos segundos, había celebrado Felipe Massa.

Un año antes, fue Ferrari el equipo que sonrió el último en Interlagos. Esta vez fue el finlandés Kimmi Raikkonen quien se coronó campeón del mundo al aprovechar la guerra interna que se vivió en McLaren durante toda la temporada entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton.

El piloto británico era el gran favorito, pero su salida de pista en la primera vuelta y un fallo con el cambio dejaron a Hamilton sin opciones. Acabaría la carrera en séptima posición mientras que su compañero Fernando Alonso sólo pudo terminar por detrás de los dos monoplazas de Ferrari. Raikkonen ganó la carrera con autoridad y se llevó un Mundial que Hamilton perdió en las últimas dos pruebas del campeonato

En una de las temporadas más inolvidables de la F1, Michael Schumacher se coronó campeón del mundo en la última carrera. El año había sido muy duro tras el fallecimiento de Ayrton Senna en el Gran Premio de San Marino, y acabó envuelto de polémica tras el choque de Schumahcer (Benetton) y Damon Hill (Williams).

Schumacher llegaba a Australia con un punto de ventaja sobre el piloto británico, con el que mantuvo una pelea cuerpo a cuerpo durante toda la carrera. El alemán, que iba por delante en carrera, se salió en la vuelta 36 pero pudo volver a pista por delante de Hill , que intentó adelantarle en la siguiente curva. Schumacher cerró el camino al británico y ambos chocaron. El Benetton de Schumacher , que voló durante unos instantes, quedó inmediatamente fuera de carrera. El Williams de Hill se mantuvo en pista, pero los daños sufridos por la colisión obligaron a abandonar al británico, que se quedó a un punto de arrebatarle el Mundial al 'Kaiser'.

Tres años después se volvió a repetir la historia. En aquel año, los contendientes al título eran Michael Schumacher (Ferrari) y el canadiense Jaques Villeneuve (Williams). Cualquiera de los dos podía proclamarse campeón si ganaba la carrera. El piloto alemán lideró la primera parte de la prueba, conservando la primera plaza tras dos paradas en boxes.

El canadiense fue recortando distancias y en la vuelta 48 se dispuso a adelantar a Schumacher, que embistió al coche de Williams como había hecho tres años antes con Damon Hill. Esta vez la jugada le salió mal al de Ferrari, que tuvo que abandonar, mientras que Villeneuve se proclamó campeón tras acabar la carrera en tercera posición.

El McLaren de Alain Prost y los Williams de Nigel Mansell y Nelson Piquet llegaban con opciones de ganar el título en la última prueba del Mundial. Al británico le bastaba con un tercer puesto, mientras que sus contrincantes debían ganar y esperar que Mansell no alcanzara el podio.

Pero la dramática explosión de uno de sus neumáticos , dejó a Mansell fuera de carrera. El título parecía quedar en manos de Piquet, pero desde Williams mandaron cambiar el juego de neumáticos en el coche de Nelson Piquet por temor a que le sucediera lo mismo que a su compañero de equipo. Prost aprovechó la situación y escaló hasta la primera posición, que le dio en el último suspiro el campeonato del mundo.