fórmula 1
El riesgo de jugarse el Mundial a dos tiros
La apuesta de Red Bull de apoyar a sus dos pilotos hasta el final no ha salido bien históricamente
ABC
Red Bull ha decidido llevar su repetido y honorable lema de la igualdad hasta las últimas consecuencias. Hubo dudas tras la debacle de Corea, pero Christian Horner , jefe del equipo, ha salido al paso para confirmar que sí, que Webber ... y Vettel son libres y cuentan con su apoyo hasta que uno de los dos quede matemáticamente sin opciones al título.
Esto quiere decir que nadie frenará a Vettel, actualmente a 25 puntos de Fernando Alonso , si en Brasil sale por delante de Webber, a 11 del asturiano. ¿Una decisión justa o un menosprecio para el australiano? ¿Es lo más conveniente para que Red Bull aspire al título en las mejores condiciones?
La historia más reciente de la Fórmula 1 desaconseja estas prácticas paritarias. No hay que remontarse muy atrás, al Mundial 2007, para comprobar las deplorables consecuencias de jugarse a dos tiros un Mundial. Alonso y Hamilton protagonizaron una de las mayores guerras entre compañeros que se recuerdan en la historia de la Fórmula 1. Ambos llegaron a la última carrera con opciones al título tras una temporada de guerra total. Cruces de declaraciones, chivatazos ante la FIA y acusaciones de sabotaje ensuciaron los buenos resultados de los pilotos. Al final, el gran beneficiado de que en McLaren se tiraran los trastos a la cabeza fue Kimi Raikkonen.
El finlandés de Ferrari, totalmente desahuciado a mediados de agosto, aprovechó al máximo la pelea entre las dos «flechas de plata» para llevarse el título, gracias también a un fabuloso final de temporada en el que sumó siete podios consecutivos.
Más atrás en el tiempo, en 1986, fue la escudería Williams Honda , con el brasileño Nelson Piquet y el británico Nigel Mansell como pilotos, la que dejó escapar un Mundial por no establecer unas prioridades. El dominio del equipo afincado en Grove fue total aquel año. Lograron 9 de 16 victorias y arrasaron en el Mundial de constructores. Sin embargo, no tener un líder definido provocó que el título de pilotos acabara en manos de Alain Prost. La enorme rivalidad entre Mansell y Piquet les hizo quitarse puntos entre sí durante todo el año. ¿Adivinan quién los iba arañando?
Reutemann, el desobediente
El caso es que si Williams actuó de esa forma con Mansell y Piquet tal vez fuera por una mala experiencia del pasado que no quisiera repetir. Hay que remontarse a 1981, con Carlos Reutemann y Alan Jones, vigente campeón, como flamantes pilotos de la escudería Williams Ford. El australiano era el indiscutible líder para todos los miembros del equipo... excepto para su compañero argentino. Reutemann se subió a las barbas del mismísimo Frank Williams. Inicio el año con dos victorias y cinco podios consecutivos que le dejaron con una amplísima ventaja sobre Jones. Pese a todo, Williams siempre le insistía a Reutemann para que no atacase a su compañero e incluso se dejase adelantar por él. El argentino nunca obedeció.
La apuesta les salió mal, y finalmente ni Reutemann ni Jones lograron el título, que fue a parar a manos de Nelson Piquet, que aquella temporada corría con Brabham.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete