Ricciardo, el triunfador solidario

«Teníamos una oportunidad que había que exprimir y estaba convencido de no dejarla pasar. Tuve una bonita batalla con Max ; él es un piloto duro, algo que tenemos en común. Peleamos duramente y de forma agresiva pero pienso que así mostramos que somos capaces de ir al límite pero siempre dentro de la pista. Tuvimos una lucha justa y limpia y creo que ambos lo pasamos bien», indicó.

El piloto de Perth afirmó no imaginar que la victoria llegase «en este circuito», quiso dar las gracias a su equipo «por hacer esto posible», así como a su familia quien le ha mostrado un apoyo incondicional a lo largo de toda su carrera. «Qué día, me siento muy emocionado y abrumado. Hace dos semanas dije que ganaríamos una carrera este año pero siendo sincero, no pensé que fuese en este circuito».

«Quiero dar las gracias también a mis padres y a mi hermana así como por todo el apoyo que me han dado a lo largo de los años», amplió.

Ricciardo quiso también brindar su triunfo a Jules Bianchi. «También quiero dedicar esta victoria a Jules, he estado esperando una victoria para podérsela dedicar. Mi vida cambió desde ese incidente y estoy extremadamente agradecido por todo lo que tengo».

Por último, habló de su curiosa manera de celebrar las victorias, a la cual ha decidido poner el nombre de «shoey». «Esta es la carrera más dulce para ganar y hacer un 'shoey' - beber por un zapato -. Para mí no está tan mal, me da pena por los demás que tienen que beber de mi zapato, pero el público me estaba animando».