Fátima Diame salta hasta la élite mundial

La valenciana registró 6,40 y 6,51 antes de lograr su gran salto de la tarde. En el quinto intento aceleró como nunca hasta la tabla, realizó un salto con una técnica impecable y voló hasta 6,78. Se situaba así en la posición de medalla de bronce sólo superada por las estadounidenses Davis- Woodhall (7,07) y Nichols (6,85). La alemana Assani quedó a sólo un centímetro de desplazar del podio a Diame.

Fátima, hija de senegaleses afincados en la Comunidad Valenciana, se incorpora así a la élite mundial del salto de longitud a sólo cinco meses de los Juegos de París. Ramón Cid, ex seleccionador nacional, se mostraba muy contento con el rendimiento de la valenciana. «Fatima llevaba muchas competiciones a un nivel alto, rondando las medallas y al final, como todo en la vida, la pelota termina por entrar. Hoy la he visto muy rápida en su carrera de aproximación. Se merece este gran salto de calidad».

Raúl Chapado, presidente de la federación, señala a ABC que Fátima Diame es «una saltadora de 'talento tímido'. Le ha costado enseñar todo su potencial, que es tremendo. Iván Pedroso ha ido puliendo su mente y su técnica formidablemente. El verano pasado en Budapest rozó el podio y en Glasgow ha sabido rematar un buen trabajo».

Mariano García era la gran apuesta española de la jornada. El murciano había desplegado una superioridad absoluta en las rondas preliminares y presentaba grandes opciones de revalidar el título que logró dos años atrás en Belgrado. Pero ayer no era la noche de Mariano. Quizá la obsesión por ir siempre en cabeza terminó arruinando sus posibilidades. O quizá la brusquedad de la carrera, con el francés Robert (que fue descalificado por sus codazos repetitivos) y el belga Crestan golpeándolo en diferentes momentos de la prueba. Al final la victoria fue para el estadounidense Hoppel, el más inteligente de la noche, que supo evitar todas las guerras y aparecer al final con fuerza para ganar en 1:44.92.

Los 1.500 metros tampoco tuvieron color español. Participaban en la final Mario García Romo, que ha protagonizado un invierno sin brillo, y Adel Mechaal, que doblaba (corrió también los 3.000 metros) prueba en Glasgow. Ninguno de los dos estuvo en posiciones de cabeza en los primeros metros y sólo Mechaal, que terminó sexto, pudo dar la talla al final.

Lleva un invierno impresionante. Devynne Charlton, la bahameña que batió en febrero el récord mundial de los 60 metros vallas ha vuelto a romper su plusmarca. En Glasgow desplegó toda su potencia (es una atleta compacta, de baja estatura y muy musculosa) sobre las vallas en las rondas eliminatorias y confirmó su superioridad con una actuación extraordinaria en la final.

La francesa Samba-Mayela había asustado a Charlton en semifinales. Con una carrera sin fallo alguno, la vallista gala llegó a poner en duda la superioridad de la caribeña de cara a la final. Pero no hubo opción alguna a la sorpresa. Charlton tuvo una excelente salida en la final, pasó las vallas con precisión milimétrica y se fue distanciando de las rivales con una facilidad asombrosa. La diferencia era tal que todo el público del Emirates Arena se centró en el marcador electrónico. 7.65. Dos centésimas recortadas a su propio récord, conseguido en febrero en Nueva York.

Había otras dos pruebas con aroma de récord del mundo en Glasgow. Una de ellas, como siempre, era la pértiga masculina. Siempre que Mondo Duplantis está en pista, la plusmarca mundial suele temblar. Pero no era la noche del sueco de Louisiana.

Duplantis sorprendió ayer con demasiados saltos nulos. Sólo fue capaz de salvar los 5,85 en su tercera tentativa, algo inusual y que indicaba que algo no iba del todo bien. El estadounidense Kendricks, que saltó 5,90 a la primera, le apretó toda la noche. Hasta que Duplantis volvió a ser el de siempre con el listón situado en 6,05. Consiguió superarlo y con ello ya se aseguró el oro.

Femke Bol ha sido la reina de los campeonatos. La neerlandesa completó una gran última posta en los relevos 4x400, cruzó la meta por delante de los Estados Unidos y cerró los Mundiales con dos medallas de oro y un récord mundial. Ahora deberá centrarse en los Juegos de París, donde se deberá medir a la estadounidense McLoughlin en los 400 metros vallas. Será un reto difícil.