Atletismo
Mo Farah revela su verdadera historia: «No soy quien vosotros creéis que soy»
El cuatro veces campeón olímpico cuenta que su nombre real es Hussein Abdi Kahin y que llegó de forma ilegal al Reino Unido con 9 años
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Iniciar sesión«No soy quien vosotros creéis que soy». De esta sorprendente manera iniciaba Mo Farah, estrella del atletismo inglés, cuatro veces campeón olímpico y Sir condecorado con la Orden del Imperio Británico, el relato de su vida. De la real, no de la que ... se conocía hasta ahora. La ha hecho pública en un documental que emitirá la BBC, y del cual se conoció ayer un adelanto. «La verdadera historia es que nací en Somalilandia, al norte de Somalia, con el nombre de Hussein Abdi Kahin. Pese a lo dicho en el pasado, mis padres nunca vivieron en el Reino Unido. Cuando tenía cuatro años mi padre murió en la guerra civil y mi familia quedó dividida. A mi me separaron de mi madre, y acabaron trayéndome al Reino Unido ilegalmente».
El corredor llegó a su país de adopción en 1992, cuando tenía nueve años, en un avión procedente de Djibuti. Le acompañaba una mujer, a la que Farah no identifica, que le prometió una vida mejor. Para viajar le dio el nombre de otro niño, Mohamed Farah.
Esos primeros años resultaron una tortura. Una vez en Londres, Farah fue explotado laboralmente. «Tenía el contacto de unos parientes, pero una vez llegamos a su casa, la señora me los quitó, los rompió delante de mí y los tiró a la basura. Entonces me di cuenta de que estaba en problemas». Farah se vio obligado a limpiar la casa y a cuidar a otros niños para poder comer. No fue escolarizado hasta los 12 años. En su primer día en el Feltham Community College, su tutora descubrió a un niño «descuidado, emocional y culturalmente alienado y que hablaba muy poco inglés». Les dijeron que era un refugiado somalí. Para aliviar su situación, Farah solo encontró una vía de escape. Correr le sirvió de salvavidas. «El único idioma que parecía entender era el de la educación física», revela en el documental Alan Watkinson, su profesor de gimnasia y el hombre que le apuntó a sus primeras carreras. También le llevó con una nueva familia, de origen somalí e inició los trámites para que obtuviera la nacionalidad británica, algo que finalmente consiguió el 25 de julio de 2000.
Farah emprendió después una larga y exitosa carrera. Ganó un doblete olímpico en Londres 2012 (5.000 y 10.000), y repitió la gesta cuatro años después en Río 2016. Su infancia se fue diluyendo y se dio por cierta la historia de la familia refugiada, sin un pasado cruento ni ilegal. Al margen de sus éxitos olímpicos, Farah cuenta en su palmarés con seis oros mundiales y cinco europeos, todos en los 5 y los 10 kilómetros. Con 39 años se resiste a dar por terminada su carrera, y ya ha anunciado que el próximo mes de octubre tomará parte del maratón de Londres. En la distancia de los 42,195 kilómetros tiene una mejor marca de 2:05:11, lograda en 2018. La distancia se le resiste.
«Alguien normal»
¿Por qué ahora? Es la pregunta que se hace la sociedad británica, deseosa por conocer los motivos que han llevado a Farah a hacer pública su verdadera identidad y su turbulento pasado. «Me lo guardé durante mucho tiempo, pero es difícil cuando estás cara a cara con mis hijos y a menudo me preguntan ‘papá, ¿cómo fue eso?’ Tienes siempre respuestas para todo, pero no la tienes para eso», explica el atleta. «Esa es la principal razón por la que estoy explicando mi historia. Quiero sentirme alguien normal y no como alguien que esconde algo y cambiar la percepción que tiene la sociedad del tráfico de personas y de la esclavitud».
«A menudo me encerraba en el baño y lloraba. Lo único que podía hacer para escapar de esa situación era salir y correr»
Farah arrastra en su historial la sospecha del dopaje después de haber sido entrenado durante años por el estadounidense de origen cubano Alberto Salazar, suspendido durante cuatro años en 2019 por traficar con testosterona y manipular controles y expulsado de por vida del deporte estadounidense este mismo año al ser declarado culpable de abusos sexuales a un atleta. Aún así, en Gran Bretaña nunca se dudó de él. Su nueva revelación ha sido recibida con elogios por políticos y personalidades, que la consideran «inspiradora». Ni siquiera el hecho de que haya confesado que entró en el país de forma ilegal cambiará la percepción sobre él. Según la BBC, el Gobierno puede quitarle la nacionalidad de forma inmediata al haberla obtenido de forma fraudulenta, pero desde el Ministerio del Interior se apresuraron a aclarar que no tomarán medidas, ya que suponen que un niño no pudo ser cómplice de un engaño semejante.
El documental ha servido también para reunir a Farah con su verdadera familia, sobre todo con su madre Aisha, a la que no veía desde los cuatro años. En el reencuentro, la mujer conoció a su nieto pequeño, Hussein, quien lleva desde su nacimiento el verdadero nombre del atleta.
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