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El último mensaje de María de Villota: «Espero que mi gasolina os sirva de combustible a vosotros»

La muerte que esquivó en Duxford ha sorprendido a la expiloto de F1 antes de que pudiera presentar su libro «La vida es un regalo». Éstas son algunas de las reflexiones que quiso dejar como legado

El último mensaje de María de Villota: «Espero que mi gasolina os sirva de combustible a vosotros» plataforma editorial

mónica arrizabalaga

«Yo era piloto. Corría mucho, a gran velocidad. Tan rápido que apenas calaban en mí las gotas de las miserias de la vida. Y no porque no las tuviese cerca, sino porque solo quería correr, avanzar, lograr ese objetivo, cumplir mi sueño». Así comienza el libro «La vida es un regalo» que María de Villota hubiera presentado el 14 de octubre si la muerte que esquivó aquel fatídico 3 de julio de 2012 en Duxford no hubiera vuelto a por ella con nocturnidad hoy en Sevilla.

Quizá porque estaba durmiendo no pudo decidir seguir viviendo, como hizo en el hospital de Addenbrooke, según su propio relato. « Hasta cuando te estás muriendo puedes decidir si sigues luchando o abandonas el barco . Yo no vi un túnel, ni una luz. Soy creyente, pero no vi a nadie que me dijera nada. Sin embargo, estaba peleando en aquella sala de quirófano». Desde su vivencia, añadía, «morir hasta cierto punto también es decidir».

María de Villota tenía «un mensaje importante » que dar y escribió «de puño y corazón» el libro que publica Plataforma Editorial para hacerlo llegar a todo el mundo: « ¡Parad! Parad en seco como si un accidente ocurriera en vuestra vida. Sí, nuestra vida no es nuestra. Es un trozo de tiempo infinito si lo compartes con quien amas, con quien te necesita. Y el mismo trozo de tiempo mezquino si no aprecias esto y cuanto te rodea».

«¡Sonríe, por Dios! O por quien tú quieras, pero sonríe, porque hoy estás aquí y te queda mucho por vivir en este día . Y decide. Decide si quieres solo llegar o pasear este increíble camino».

El accidente en las pruebas aerodinámicas en el aeródromo británico de Duxford dejó a la probadora de Marussia F1 Team con graves lesiones craneoencefálicas y cerebrales. Pasó cinco días en coma, tres operaciones y más de treinta horas de intervenciones en total. Perdió un ojo , pero salvó una vida que ya no volvería a ser igual. «Tener un accidente en el que pende tu vida puede ser algo terrible, pero, si logras salvarte para poder vivir dignamente, puede ser un regalo tan grande como devolverte a la niñez , quitarte años de encima y la armadura, redirigir la vista hacia el alma y volver a sentir como si acabaras de nacer», dejó escrito María de Villota.

La Escudería de Enfermos Valientes

La expiloto se volvió «agradecidamente débil» y aunque confesaba que a veces «duele tanto que te gustaría volver a correr» suscribió un compromiso personal con todos los enfermos, tuertos y tullidos que compartían con ella el sufrimiento, «la Escudería de Enfermos Valientes», como la bautizó. «Es un Campeonato del Mundo que no cuenta con la competitividad de los que existen, pero que es genuino y asombroso y del que se aprenden las mejores lecciones de la vida».

Desde este equipo de «seres especiales» con capacidad de «sentir cada latido como el primero y de ver más con un ojo y sonreír aunque nuestro problema pueda ser mayor que el mayor de los problemas» quería conectar con aquellos sanos que tienen su «propio accidente (desahucio, bancarrota, divorcio, tristeza insuperable » para decirles que «si nosotros podemos ganar la carrera a la vida y seguir en la pista, vosotros también podéis».

De Villota no quería dejar pasar más tiempo antes de ponerse a escribir para que el tiempo no borrara cómo sentía, veía y pensaba. No quería que su dolor y su alegría de vivir se decolorara y con esa mezcla en su motor hizo explotar su historia en 180 páginas a las que se suma una carta de su padre y una lista de decenas de agradecimientos a su familia, a sus amigos, a sus compañeros de Fórmula 1, al torero Juan José Padilla y hasta a los periodistas que informaron sobre ella.

«Espero que mi gasolina os sirva de combustible también a vosotros» , subrayó en su libro expresando a los lectores su deseo de que «sin pasar por un accidente como el mío, podáis sentir la alegría de estar vivos y disfrutar del regalo de la vida».

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