Un combate histórico
Los españoles toman Anaheim para ver a Ilia Topuria: «He adelantado mis vacaciones por cumplir un sueño»
Decenas de aficionados tiñen de rojigualda la ciudad californiana en la que el hispanogeorgiano buscará conquistar el título de la UFC ante Alexander Volkanovski este sábado
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Un grupo de aficionados españoles, en los alrededores del Honda Center de Anaheim
Adelantar las vacaciones, sacrificar horas con su familia o dejarse el dinero de todo el año previsto para ocio. Estas son algunas de las situaciones que está provocando la figura de Ilia Topuria, quien va a empujar este sábado al trasnoche a miles de ... españoles que no levantarán la mirada de sus televisores pendiente de su desempeño dentro del octágono de mayor liga de artes marciales mixtas del mundo. No hay parangón: es el combate más importante de los últimos tiempos en España y el mayor en la historia de este deporte en nuestro país. En juego, el cinturón del peso pluma de la UFC, que lo ostenta el australiano Alexander Volkanovski. Pero hay españoles que apuntaban más allá, aquellos a los que la pantalla les sabía a poco y han optado por dar un salto al charco -con escala, eso sí- y acudir hasta Los Ángeles, en el estado de California, para presenciar en directo la pelea por el campeonato mundial de El Matador.
En concreto, el epicentro de la hazaña del deporte español que está por escribir se ubica en Anaheim, una ciudad de unos 350.000 habitantes, sin demasiada historia más allá de que fue fundada por unas 50 familias alemanas allá por el 1870 y que a principios del siglo se instaló en ella la organización supremacista Ku Klux Klan durante un tiempo. Eso sí, la diversión aquí está asegurada gracias al mega complejo de Disneyland. De hecho, aunque el principal atractivo turístico de la zona se encuentra a muy pocos kilómetros de distancia, el verdadero parque de atracciones será el Honda Center, donde cientos de españoles presenciarán la pelea de su vida en directo.
Uno de ellos es Jean Paul, un treintañero cántabro-leonés que ejerce como psicólogo y ha tenido que adelantar sus vacaciones para cumplir vivir un combate histórico. «Gasto casi la mitad, pero no hay duda que merece la pena», cuenta a ABC este aficionado, que señala que la pelea de Topuria es el momento cumbre de las MMA españolas. «Aunque más adelante haya algo que lo supere, esto es como ver a Induráin con los cinco Tours de Francia, o el Mundial de fútbol de 2010. Esperar a que venga la UFC a España es lo fácil, pero a nosotros nos gustan los retos y queremos cruzar el charco a apoyar a Ilia en territorio comanche contra un rival histórico», precisa.
Jean Paul, que ha aterrizado en California para vivir de cerca la 'Fight Week', viene acompañado de su colega del instituto, Alberto, de toda la vida. «Está igual de chalado que yo, éramos enemigos, pero la UFC nos unió», dice entre risas. Juntos ya han viajado a ver la mayor liga de MMA a Londres y Abu Dhabi, ya tocaba Estados Unidos. «Es una subida de adrenalina brutal y una excusilla para escaparme de vacaciones sólo. Mi jefe no está muy contento, porque en esta semanas reabrimos por descanso anual los cinco restaurantes y es un momento tenso», relata este chef ejecutivo que se hospeda con su amigo en un hotel de Venice Beach, en Los Ángeles.
Desde la costa valenciana, más concretamente Gandía, un profesional de las apuestas deportivas, de nombre Rubén y 36 años, ha hecho las maletas y se ha plantado en Anaheim. «Es un evento único que no me podía perder», dice con una sonrisa. El viaje, cuenta, ha sido una auténtica paliza: de Valencia a París, de París a Los Ángeles y de Los Ángeles a Anaheim, «pero merece la pena», cuenta el joven, que ha reservado un hotel a apenas 15 minutos caminando del Honda Center.
«Para mí supone un sueño hecho realidad, sigo este deporte desde el año 2012 y en esa época ni siquiera teníamos un representante en UFC, poco a poco hemos ido creciendo tanto en la compañía como en afición en nuestro país, pero definitivamente Ilia Topuria ha traspasado barreras, si me dicen hace cinco años que ahora estaríamos en esta posición no lo hubiese creído», apunta Rubén, que asegura que las MMA son una gran parte de su vida, aunque jamás ha practicado este deporte. «Cada vez son mejor percibidas y están creciendo a pasos agigantados. Ilia ha conseguido que la gente vea que compite en un deporte agresivo pero que fuera de la jaula es una persona normal como nosotros», apostilla el valenciano.
Presente estará también Nicolás, un emprendedor de Burjassot de 38 años, junto a un par de amigos. Este practicante del arte marcial wing chun abrió un negocio el pasado 6 de febrero y una semana después estaba volando a Las Vegas, desde donde ha llegado a Anaheim, concretamente a los alrededores de Disneyland. «Ahí lo de dejado para no perderme este momento histórico», cuenta a este periódico. Sus colegas y él han podido financiarse la pelea de Topuria gracias a una inversión en una exitosa startup del sector de los videojuegos y coinciden en que será algo épico, para el recuerdo, esas grandes noches imborrables en la retina. «Vamos a vivir un crecimiento brutal de las MMA, vamos a mejorar en todos los aspectos y seremos un referente mundial», remata Nicolás.
El valenciano no será el único empresario que habite las gradas del UFC 298. Raúl Camacho, un madrileño propietario de tres centros de terapias alternativas en Madrid, Tenerife y La Palma, ha acudido a la llamada de El Matador. Piensa que esto es el «final del principio de las MMA en España», que no el principio del final. «Ha sido un camino muy largo hasta llegar a este punto, pero en realidad es un corto recorrido respecto al lugar al que llegaremos después de que Ilia se haga con el cinturón», expresa con confianza este joven emprendedor.
También, dice, El Matador representa la muestra de que, si mezclas el talento, el esfuerzo, la disciplina, la mentalidad y la atracción, los sueños pueden convertirse en realidad. «Me siento muy identificado en este contexto ya que todas las cosas que he conseguido en mi vida las he conseguido con esta fórmula», cuenta este treintañero.
«Sin duda estamos viviendo el momento de la historia de mayor crecimiento de este deporte en España, aunque esto solo acaba de empezar. El nivel de los gimnasios, de los entrenadores y demás cuerpo técnico se está elevando considerablemente, y con ello el nivel de los peleadores. Cada vez hay más chicos que desde niños empiezan con este deporte y estoy seguro que en unos años veremos una explosión de las MMA españolas a nivel internacional, con muchísima más presencia en las grandes ligas», continúa Raúl, que ha aterrizado en Anaheim acompañado de su amigo Jorge Martínez, que trabaja como terapeuta.
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Para Jorge, acudir a lo que considera el combate final ha supuesto dejar aparcados otros proyectos, puesto que «el viaje hasta aquí implica una asignación de recursos importante». Pero la experiencia, «independientemente del resultado de la pelea», será inolvidable. «Nos encontramos ante un acontecimiento histórico y presenciarlo in situ no tiene precio». Algo que comparte Miguel, radicado en Campo de Criptana, en Ciudad Real. Para este enfermero, que trabaja en la UCI, presenciar el combate de Topuria le ha costado una parte de sus días libres. «He tenido que pedir vacaciones en invierno, que no suelen dar. Mi mujer Sonia y yo seguimos a Ilia desde que debutó en UFC en la pandemia. He invertido mi paga doble en este sueño y es el cumple de mi mujer. Será inolvidable», remata este sanitario.
El color rojo inunda las calles californianas. Los españoles han tomado Anaheim. Suenan los tambores de guerra. Quedan muy pocas horas para el pleito más importante de la historia de este deporte en nuestro país.
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