España gana a Grecia en los penaltis y se mete en la final del Mundial

Unai Aguirre fue el héroe de la tanda de penaltis. El guardameta, todo un especialista bloqueando penaltis, detuvo dos lanzamientos griegos, uno incluso con la cabeza. Por su parte, los lanzadores españoles anotaron todos sus disparos y la tanda terminó 4-2. Bernat Sanahuja fue elegido el mejor jugador del partido.

España ganó el esprint inicial, pero la defensa griega taponó el primer intento de los de David Martín. El contraataque helénico era frustrado por Unai Aguirre, que realizó un auténtico paradón. Álex Bustos se encargó de estrenar el marcador, y Bernat Sanahuja, de anotar otro para incrementar la ventaja de la selección. El de Terrassa, que venía de marcar 6 goles a Montenegro, también fue el autor del tercer tanto. Por parte de Grecia, Konstantinos Genidounias castigó dos veces la portería española, y el primer cuarto terminó con un parcial de 2-3.

Los de David Martín comenzaron adelantándose en el segundo cuarto con dos goles de Álvaro Granados. El primero de penalti, tras un puñetazo de Aristides Chalyvopoulos sobre el propio jugador español, que lo apartó 4 minutos de la piscina por la brutalidad de la expulsión. España aprovechó la superioridad numérica y el periodo terminó con un parcial de 1-3. Con una actuación impecable, el guardameta griego Panagiotis Tzortzatos, salvó a su combinado de recibir más tantos en el tiempo que estuvo con inferioridad.

El tercer cuarto finalizó con un parcial de 0-1 y Grecia recortó distancias gracias a un gol de Argyropoulos Kanakanis, que ejecutaba un disparo raso de calidad que se colaba entre los brazos de los defensores españoles. Los helénicos hicieron su mejor periodo del partido, pero Unai Aguirre y la sólida defensa del conjunto de David Martín solo les permitió anotar un tanto.

Los griegos iniciaron el último cuarto anotando tres goles con los que remontaban el partido, con un marcador momentáneo de 7-6. Parecía todo perdido, una tragedia, una desilusión enorme, pero el milagro apareció en Singapur. Cuando el reloj marcaba que quedaba un segundo para el pitido final, Alberto Munárriz lanzó un cañonazo que se adentraba con potencia en el fondo de la portería de Tzortzatos.