España se despide con una victoria de la Billie Jean King Cup

En el turno de las 16.00 horas, España salió a la pista concienciada y con toda la cuerda de la ilusión dada, ya sin presión, sabiendo que el resultado era intrascendente con respecto a sus opciones de clasificación. Estaba fuera de las finales, pero no es lo mismo despedirse perdiendo que ganando. Y con esa mentalidad saltaron las tenistas lideradas por Medina, que reservó otra vez a Paula Badosa. La catalana, número 66 del mundo, se marcha del estadio de la Cartuja inédita, sin haber podido competir.

Rebeka Masarova, que abrió el partido con su duelo ante Katarzyna Kawa, número 213 de la WTA, se desquitó de la dura derrota encajada ante Marina Stakusic, una de las sensaciones del torneo hasta el momento. La española nacida en Basilea comenzó igual de mal ante la polaca, otra vez atenazada, sin chispa, cometiendo muchos errores no forzados. Y la Cartuja se temió lo peor cuando se cerró la primera manga con un 2-6 en contra. A partir de ahí reaccionó Masarova y ya sí, sin renunciar al juego de ataque y riesgo que la caracteriza, se adueñó de la situación en el segundo set (6-3), que acabó con muchas mejores sensaciones a todos los niveles. Era al fin una jugadora reconocible. Una recuperación en toda regla que afianzó en el tercer capítulo del encuentro para superar a la polaca (6-2) en dos horas y tres minutos.

«Me faltan palabras. Ha sido muy bonito. Una experiencia que no había tenido nunca, con tantísimo apoyo del público en la pista. He empezado bastante mal y mi rival, muy bien, pero estoy muy contenta por haber podido darle la vuelta sintiendo más mi juego. Soy más de mandar en el juego, lo he buscado y me ha salido», comentaba Masarova a pie de pista, en declaraciones a Teledeporte, nada más acabar ese primer punto de la tarde.

Después le tocó el turno a Sara Sorribes, que como número uno del equipo se midió a su homóloga en Polonia: Magda Linette, la 24ª del mundo, de 31 años. Y la castellonense hizo lo que siempre. Sacar a relucir a pasear ese tenis combativo que la distingue, el que no da una bola por perdida, tiene muchas piernas al resto y busca también los ángulos imposibles desde una confianza indestructible.

La española tuvo la virtud de cometer menos errores (36) que su rival (60). Y eso marcó la diferencia en favor de la tenista levantina, que al contrario que el miércoles esta vez sí se apuntó el tie-break del primer set (7-6) y luego amarró el punto y la victoria de España sellando por 6-3 el segundo. El elenco nacional se aseguraba así la segunda posición del grupo.

Aún hubo que disputar el dobles, donde la suerte volvió a ser esquiva para las españolas. Esta vez optó la capitana por el tándem Marina Bassols-Cristina Bucsa, que cedió el primer set sin rechistar 0-6, se llevó el segundo (7-6) y perdió en el tie-break (3-10) ante la pareja Katarzyna Kawa-Martyna Kubka.

Este sábado se disputan las dos semifinales. Italia, campeona del Grupo D, se medirá a la ganadora del B, Eslovenia, que perdió su cruce con Kazajistán (1-2), pero aun así, y gracias a la diferencia de sets con sus rivales del cuadro, se clasificó en el triple empate con las kazajas y Australia. Kaja Juvan (6-1, 6-0 ante Anna Danilina) sentenció el grupo y puso en órbitas a las europeas. Italianas y eslovenas disputarán su serie en el turno matinal, desde las 10.00 horas.

Para la tarde (16.00) está programada la segunda semifinal, que enfrentará a Canadá con la República Checa. Las centroeuropeas tumbaron a Estados Unidos para hacerse con el liderato del Grupo A. Aunque Danielle Collins venció a Katerina Siniakova (6-3, 6-2), la número uno de las checas, Marketa Vondrousova, se deshizo con facilidad de Sofía Kenin (doble 6-1) y todo se decidió en el dobles: 6-3 y 7-5 de la pareja Krejcikova-Siniakova a Collins-Townsend. La final de la Billie Jean King Cup se disputa el domingo a las 15.00 horas.