Dos transexuales juegan la final de un torneo femenino de billar entre polémica y protestas
Antes de enfrentarse en la partida por el título, Harriet Haynes y Lucy Smith derrotaron a cuatro contrincantes cada una
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Un torneo profesional de billar femenino celebrado en Gran Bretaña ha provocado protestas y gran polémica después de que dos jugadoras transexuales disputaran la gran final. Harriet Haynes y Lucy Smith se enfrentaron en el Evento 2 del Ultimate Pool Women's Pro ... Series en Wigan (Inglaterra) tras derrotar cada una a cuatro competidoras nacidas mujeres en sus rondas previas. Ganó Haynes (8-6).
Durante el campeonato hubo protestas e incluso manifestaciones en las que se exhibieron carteles y pancartas con mensajes como «Salven el deporte femenino» o «Es un hombre».
Esta no es la primera polémica que involucra a Haynes. Una de las más activas en la oposición a la presencia de transexuales en competiciones femeninas de billar es la jugadora profesional británica Lynne Pinches.
En la final del Torneo Femenino de Campeones de 2023 en Prestatyn (Gales), Haynes obtuvo la victoria después de que su oponente, precisamente Pinches, se negara a jugar.
«Siempre que juegas contra un jugador transgénero, incluso si ganas, en tu corazón sabes que es injusto —declaró entonces Lynne Pinches tras abandonar la partida—. Es una ventaja ser biológicamente hombre y jugar contra mujeres».
Fue hace dos años, el 24 de octubre de 2023, cuando la Federación Internacional de Billar (WEPF) cambió las reglas sobre la participación de jugadores trans en torneos femeninos.
Dos meses ante, en agosto, con un creciente número de transexuales solicitando competir en campeonatos femeninos, la WEPF había emitido una declaración conjunta con su patrocinador principal, Ultimate Pool Group, dictaminando que dichos eventos estaban abiertos «exclusivamente a personas que hayan nacido mujeres».
Sorprendentemente, ocho semanas después ese dictamen fue revocado. Se realizó una actualización sobre la «elegibilidad de competición para jugadores transgénero y no binarios», decidiendo que no habría discriminación por motivos de identidad de género.
Varias jugadoras sugirieron que ese cambio se debió a las amenazas de acciones legales deslizadas por algunas competidores trans.
Tras esta modificación, Alexandra Cunha, entonces quinta en el ranking internacional, se negó a jugar en competiciones profesionales contra quienes no fuese mujeres. Al igual que ella, docenas de jugadoras profesionales de billar se rebelaron también contra esa modificación normativa.
Argumentaron, y siguen argumentando, que las jugadoras transexuales «tienen una clara superioridad física sobre las competidoras». Entre esas ventajas incluyen «poseer una mayor fuerza en la parte superior del cuerpo, lo que les permite hacer un saque inicial más poderoso de las bolas que puede dictar la dirección del juego; jugar a un ritmo más rápido; y un mayor alcance al realizar tiros debido a que sus brazos son más largos».