«Yo tengo dos manos, dos piernas y un cerebro medio decente, pero algunas personas nacen discapacitadas por sus errores en otras vidas»

El fin de semana del 30 y 31 de enero de 1999 no había jornada de Liga en la Premier, así que el diario 'The Times' decidió publicar una entrevista con el máximo responsable técnico del combinado nacional, el equipo de todos los ingleses. Las reflexiones de Hoddle sobre las personas discapacitadas asombraron e indignaron a casi todos.

«Hoddle tiene fe en Dios y en Inglaterra». En contra de lo que pudiera parecer, el titular de la página que abría la sección de Deportes no pecaba –nunca mejor dicho- de tópico ni de ingenioso. Se quedaba corto para lo que esperaba a los lectores en los párrafos interiores. Fundamentalmente, en el siguiente:

«Mis creencias han evolucionado en los últimos ocho o nueve años, el espíritu tiene que volver de nuevo, eso no es nada nuevo, ha estado presente durante miles de años. Tienes que volver para aprender y enfrentarte a algunas de las cosas que has hecho, buenas y malas. Hay demasiadas injusticias alrededor. Tú y yo hemos sido dotados físicamente con dos manos, dos piernas y cerebros medio decentes. Algunas personas no han nacido así por una razón. El karma está trabajando desde otra vida. No tengo nada que ocultar al respecto. No solo son las personas con discapacidades. Lo que siembras, cosechas».

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Las reacciones de repulsa contra esas palabras fueron numerosas y unánimes durante todo aquel sábado de enero. El eco de tan impactantes declaraciones se vio amplificado por el altavoz que las emitió. Acostumbrados a acoger con cierto escepticismo noticias, reportajes y enfoques sensacionalistas que ven la luz a diario en los populares tabloides británicos, nadie dudó esta vez de la credibilidad de una entrevista con el seleccionador nacional publicada en un rotativo histórico y serio como 'The Times'.

Hoddle, entre abrumado y airado, intentó desmentir esas afirmaciones en diferentes apariciones públicas. «Siento mucho esta situación, pero la culpa es de la prensa. Yo he expresado mis creencias personales y nunca he negado que creo en la reencarnación, pero no he dicho que las personas discapacitadas están pagando por sus pecados. Jamás diría algo así, es fácil comprobar el trabajo y la colaboración que he hecho con discapacitados a lo largo de los años», manifestó en un vídeo difundido por la agencia Getty.

Su línea argumental fue la misma en todas sus réplicas: «Yo no dije eso, mis palabras se han malinterpretado y sacado de contexto». En un primer momento, la Asociación (Federación) Inglesa de Fútbol (FA) también le defendió abrazando idéntica tesis: «Glenn Hoddle, con sus acciones a lo largo de muchos años, publicitadas y no publicitadas, ha trabajado incansablemente en nombre de los discapacitados y continuará haciéndolo».

Por su parte, Matt Dickinson, el periodista deportivo del 'Times' que firma la historia, se reafirmó en lo publicado: «Reproduje la entrevista de manera fiel y precisa. Ahora les toca a otros sacar sus propias conclusiones».

El escándalo nacional subió aún más de tono cuando al día siguiente, 31 de enero, el semanal –dominical– 'The Observer' desveló que Hoddle se había expresado en parecidos términos en otra entrevista que, aunque sin ser emitida, le había realizado Brian Alexander, periodista deportivo de Radio 5, emisora de la cadena pública BBC. El periódico obtuvo la grabación de la misma y reprodujo varios pasajes en los que el entrenador inglés hablaba de sus creencias religiosas:

«Tengo fe en Dios. Creo que espiritualmente tenemos que progresar porque hemos estado aquí antes. El cuerpo físico es solo un abrigo para tu espíritu. Al morir, te quitas el abrigo y tu espíritu pasará a otra vida en una dimensión espiritual. Creo que cometemos errores cuando estamos aquí abajo y nuestro espíritu tiene que volver y aprender. Por eso hay injusticia en el mundo. Por eso hay personas que nacen en el mundo con terribles problemas físicos y hay familias que lo tienen todo bien, tanto física como mentalmente».

Muchas organizaciones y asociaciones de discapacitados inglesas protestaron y consideraron a Hoddle «no apto para dirigir el equipo nacional». Scope, la ONG más importante en pro de la igualdad de las personas con discapacidad en Inglaterra y Gales, lo condenó por «hacer esas suposiciones sobre las personas discapacitadas».

Alf Morris, diputado laborista que en 1974 fue nombrado 'primer ministro de las personas con discapacidad', calificó las palabras del entrenador como «grosera e increíblemente insensibles e hirientes. Gracias a Dios que la Madre Teresa, Leonard Cheshire y Florence Nightingale, entre otros, no adoptaron la visión de Hoddle sobre las personas discapacitadas».

Fue una de las muchas reacciones políticas de un escándalo mayúsculo. Así lo contaba el corresponsal de 'El País' en Londres: «El posible envío de tropas británicas a Kosovo, el inminente choque entre el Gobierno laborista y los sindicatos e incluso el nuevo escándalo de un europarlamentario conservador involucrado en un caso de drogas y sexo homosexual quedaron totalmente eclipsados por el furor popular que exige la cabeza de Glenn Hoddle, el entrenador de la selección inglesa de fútbol, que insultó a los minusválidos afirmando que son la reencarnación de pecadores y que por ello están pagando con sus males en esta vida. Atónito, todo Londres está contemplando el derrumbe de un héroe deportista y la furia de los aproximadamente seis millones de minusválidos. Hoddle dijo ayer que piensa ignorar el clamor para que abandone su puesto, una causa a la que el primer ministro, Tony Blair, se sumó vigorosamente a fin de reparar un agravio sin precedentes, que ha transformado al entrenador en una ignominia y poco menos que en un monstruo».

«La revelación avivará la creciente disputa sobre las creencias de Hoddle. Los ministros dijeron anoche que estaban consternados. El secretario de Cultura, Chris Smith, dijo : 'Lo que parece haber olvidado en todo esto es que Gran Bretaña tiene algunos de los atletas discapacitados más talentosos del mundo'. Cuando se le preguntó si creía que Hoddle debería renunciar, Smith respondió: 'Las implicaciones de mis comentarios son claras'».

«Una buena parte de la opinión pública opina que Hoddle simplemente ha perdido el juicio en este interminable invierno londinense, donde la ausencia casi total de sol suele provocar ciertos trastornos. Pero es sólo cuestión de horas antes de que suene el pitido final en la carrera de este laureado entrenador de 41 años, que debe comparecer en las próximas horas ante la Federación de Fútbol… y ampliar detalles sobre la influencia que supuestamente ejerce Eileen Drewery, una cuarentona rubia, de intensa mirada y que supuestamente actúa como curandera y guía espiritual no sólo de Hoddle, sino de todo el equipo inglés».

«El Gobierno, teólogos de todos los rincones, la Iglesia, los hinchas, y, por supuesto, los minusválidos han salido a la cancha blandiendo la tarjeta roja para Hoddle... Inicialmente descrito como un cristiano de 'nueva era', ha abrazado creencias hindúes y su aproximación a toda una gama de religiones orientales explica su fervorosa convicción en la existencia de la reencarnación y algunas de aquellas que sostienen que si uno se porta mal en la vida, su próxima regeneración tendrá expresiones punitivas. Ampliamente abierto el debate teológico sobre la reencarnación y la totalmente ofensiva teoría de que los sordos, ciegos, parapléjicos, paralíticos y otros afligidos seres humanos no son sino pecadores de otras vidas, el caso Hoddle promete extenderse al principio fundamental de la compasión y lo políticamente correcto».

«La mayoría de los diarios británicos dedicaron editoriales al exabrupto que Hoddle negaba haber proferido. Un estudio biográfico de Hoddle, cuya única y reciente obra literaria, 'Diario de la Copa del Mundo', fue apasionadamente criticada porque revelaba las confidencias de los jugadores ingleses, menciona que su transformación en un creyente del neocristianismo ocurrió durante una visita a la basílica del Pesebre, en Belén, una experiencia que en los anales de la psiquiatría moderna está catalogado como el síndrome de Tierra Santa».

«Tommy Docherty, ex director del Manchester United, cuestionó la estabilidad mental de Hoddle. 'Los minusválidos tienen toda la razón para estar disgustados', dijo. Ian Dury, una estrella del rock que nació con poliomielitis, ve así al entrenador: 'Es Hoddle quien es minusválido. No tiene capacidad de compadecerse'», concluye el artículo de 'El País' firmado por el periodista y escritor boliviano Juan Carlos Gumucio.

No faltó la dura crítica del ministro de Deportes, Tony Banks: «He escuchado atentamente las opiniones de Glen Hoddle y son totalmente inaceptables. Si su teoría es correcta, se encontrará con problemas reales en la próxima vida. Probablemente estará condenado a volver como Glenn Hoddle».

Entre los escasos defensores del seleccionador inglés, la ya mencionada Eileen Drewery. «Glenn es un hombre muy bueno; estos comentarios no reflejan sus puntos de vista en absoluto», aseveró la popularmente conocida como 'la curandera de Hoddle'. Asimismo, Zara (13 años entonces), hija del entrenador, envió un mensaje a la BBC afirmando que tanto ella como su padre apoyaban a los discapacitados e insistiendo en que las palabras de su padre no habían sido correctamente interpretadas.

También el diario 'Daily Mail' sugirió que el futuro del entrenador «debería depender exclusivamente de su rendimiento profesional». The Guardian, en cambio, fue muy duro desde el primer minuto: «Es difícil imaginar qué pecados cometió Hoddle en su anterior vida para merecer un intelecto tan deficiente». Y el tabloide 'The Sun', el de mayor circulación en el Reino Unido, abrió su edición del lunes (2 de febrero) con un gran y diáfano titular: «Vete».

Así las cosas y pese a las reticencias iniciales del propio protagonista y de la FA, el técnico de los 'pross' tenía las horas contadas. Tres días después de la publicación de 'The Times', Hoddle dejaba de ser el seleccionador de Inglaterra. Empujados por la opinión pública, la federación y el entrenador se vieron obligados a anunciar la ruptura de un contrato que expiraba en 2001 y que estipulaba un sueldo anual de 82 millones de pesetas (493.000 euros).

«Hoddle, destituido como seleccionador inglés», tituló ABC (3 -2-1999): «El entrenador de la selección inglesa, Glenn Hoddle, fue destituido ayer tras un fin de semana algo más que polémico, en el que han intervenido tanto la alta política como las altas finanzas para presionar… El rugido de protesta ante las declaraciones de Hoddle no se hizo esperar e incluso el primer ministro, Tony Blair, declaró en el programa 'This Morning' de la ITV que a Hoddle le resultaría muy difícil permanecer en el cargo: 'Si ha dicho lo que se ha escrito y si lo ha dicho en la manera en que se ha escrito, creo que ha sido una gran equivocación'».

«Al final, tanto la Federación de Fútbol Inglesa como el mismo seleccionador no han podido resistir la presión y ayer, tras varias horas de negociación, decidieron tirar la toalla. Era la primera vez desde hace más de veinte años que un seleccionador inglés sale por la puerta falsa. Lo cierto es que a Hoddle no le han acompañado ni el carácter ni los resultados. Por ahora se hace cargo de la selección el segundo seleccionador aunque la federación busca desesperadamente un sustituto. No lo van a tener fácil, Brian Robson ya ha explicado que no desea el cargo y otro favorito, Terry Venables ha tenido serias tensiones con la federación, aunque para muchos sigue siendo el candidato más probable. Otra posibilidad sería Kevin Keegan, pero se tienen serias dudas sobre su capacidad».

Howard Wilkinson, director técnico de la Federación desde 1996, dirigió interinamente a Inglaterra en el amistoso que se jugó la semana siguiente (10 de febrero) ante Francia en el estadio de Wembley. Ganaron los galos (0-2) con un doblete de Anelka. Prensa y aficionados coincidieron en achacar esa derrota a la enrarecida atmósfera que rodeaba al equipo tras la explosiva reflexión personal del defenestrado Glenn Hoddle.