El dopaje se lleva por delante a Katir: las claves de su suspensión

Fue el propio Katir quien anunció su suspensión provisional, anticipándose al anuncio oficial de la AIU. En su nota, el vigente subcampeón del mundo de 5.000 metros proclama su inocencia y anuncia que recurrirá para poder competir durante la tramitación del procedimiento. «Durante los últimos meses y años vengo siendo sometido a un gran número de controles de dopaje fuera de competición tanto en muestras de orina como de sangre, sin que se hubiese planteado el más mínimo problema por mi parte», se excusa el atleta de origen marroquí, que achaca la suspensión a un problema en el sistema de gestión de localización, «Se trata de un simple expediente derivado de la cumplimentación de datos», arguye. E insiste: «En alguno de los fallos reportados por parte de AIU, me encontraba disponible en lugar, fecha y horas aportadas por mi parte». Katir no explica por qué entonces no se sometió al control.

Desde el entorno del corredor explican que dos de los fallos de localización son problemas de «despistes», pero prefieren no dar detalles de lo ocurrido en el tercero de los casos al estar ya en marcha el recurso.

Nada más conocerse la suspensión, la Federación Española procedió a retirar la licencia del atleta y a declararlo no elegible para las próximas convocatorias de la selección, entre ellas el Europeo de Roma o los propios Juegos Olímpicos. Después de la sanción de los maratonianos Abdelaziz Merzougui y Hamid Ben Daoud, la suspensión de Katir supone un varapalo aún mayor. «La RFEA reafirma su posición firme y contundente en contra del dopaje en el deporte», reflejó el organismo en un comunicado. «Es necesario recalcar que la integridad de la competición y el espíritu deportivo constituyen los pilares fundamentales de un deporte limpio y justo, y deben ser defendidos por encima de cualquier logro deportivo».

A Raúl Chapado el lío le pilló en Mónaco, en una reunión de la Federación Internacional, de la que es vicepresidente. El máximo responsable del atletismo español dará hoy una rueda de prensa en Madrid en la que dará cuerpo a esa reacción oficial del organismo que preside.

Katir recibió la notificación de su suspensión en Valencia, donde este miércoles tenía programado correr el 5.000 del Gran Premio Internacional con el objetivo de batir el récord de Europa de la distancia en pista corta. Con esa plusmarca, y la de los 2.000 metros, que pensaba buscar este sábado en la localidad francesa de Lievin, daba por concluida su temporada invernal. En los últimos días había renunciado a acudir tanto al Campeonato de España en pista corta de la próxima semana en Orense, como al Mundial, que se disputará en Glasgow entre el 1 y el 3 de marzo.

Su mente estaba ya pensando en los Juegos de París, una cita que ahora ve alejarse, incluso aunque prospere la cautelar. En el pasado más reciente tiene algunos ejemplos que lo invitan al optimismo. Curiosamente, el más cercano es uno de sus grandes enemigos en la pista, Adel Mechaal. El afincado en Cataluña fue sancionado por quince meses por el mismo motivo que Katir en enero de 2017. Pidió la cautelar y se le concedió. Finalmente el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) aceptó como válida la explicación de Mechaal en dos de esos tres análisis y dejó sin efecto el castigo.

La sombra de la sospecha ha quedado instalada sobre el cuerpo de Katir, plusmarquista europeo de 5.000 metros (12:45.01) y también recordman español de 1.500 (3:28.76) y 3.000 (7:27.64). El muleño de adopción, 25 años, atleta y poeta, escribía este fin de semana desde su enclaustramiento en Sierra Nevada, el lugar donde pone a tono el cuerpo y la mente para las competiciones: «Traigo la verdad a la ciudad. Dame fuerzas en esta prueba». Se refería, se supone, a la cita de Valencia. O quizás ya intuía el oscuro futuro que se le presenta por delante. Entre sus compañeros de profesión hay división de opiniones. Unos reaccionaron con sorpresa. Otros confirmaron sus sospechas.