Jessica Gill, la motociclista y ciclista trans que reconoce sus ventajas sobre las mujeres biológicas
Escribe una carta a la Unión Ciclista Intenacional pidiendo que no deje competir a las corredoras trans debido a que existe una ventaja biológica
«No se puede perjudicar a las mujeres que nacimos como tal»
Jessica Gill
Tras el maremágnum derivado de la derrota de la paratleta española Melani Bergés ante una rival que hace tres años era hombre que despertó de nuevo el conflicto sobre la participación de las mujeres trans en las competiciones deportivas femeninas, precisamente una motociclista y ... ciclista de montaña transgénero ha salido en defensa de las mujeres. Ella es Jessica Gill, una estadounidense de 48 años que ha escrito una carta a la Unión Ciclista Internacional (UCI) para reclamar la exclusión de las deportistas trans de las carreras femeninas al existir una ventaja biológica.
«Una vez que el tratamiento hormonal comienza hay una significante pérdida de fuerza y energía. Pero os garantizo que yo todavía retengo la mayoría de mi masa muscular. Mis niveles de testosterona siempre son más bajos que los de una mujer, aunque, incluso con la falta de testosterona en mi cuerpo, aún tengo la habilidad de superar a mujeres ocho o diez años menores que yo en las carreras de ciclismo de montaña», señala la señora de 48 años en su escrito a la UCI.
Es más, Gill atañe a la memoria muscular: «Los atletas que entrenan para cualquier disciplina específica desarrollan una memoria muscular en determinados músculos para implementar su habilidad y competir al máximo nivel. Así que pese a que los niveles de testosterona sean lo suficientemente bajos como para igualar a los niveles de las mujeres biológicas, el hombre biológico siempre retendrá la ventaja que tenía antes de someterse al tratamiento hormonal».
Por último, la deportista añade: «Quiero que la gente comprenda que las mujeres transgénero son válidas e importantes para la sociedad, pero no hay razón para desplazar a las mujeres biológicas de sus deportes simplemente para que las trans se sientan mejor. Los sentimientos de un pequeño porcentaje de personas trans no debería de ser más importante que el 51% de la población mundial».
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