RALLY DAkar 2025
Dentro del rally más duro del mundo
ABC acompaña a la caravana del Dakar y disfruta de unas jornadas en el imponente desierto de Arabia Saudí
Así ha sido la violenta caída de Schareina que aleja al piloto español del liderato
Es el rally más duro del mundo y una de las carreras que más atención mediática genera. El Dakar recorre 7.800 kilómetros, 5.200 de ellos contra el cronómetro, a través de diferentes tipos de terreno como dunas y pistas rápidas plagadas de ... rocas que se celebra desde 2020 en el desierto de Arabia Saudí. Una aventura que dura algo más de dos semanas y que suele disfrutarse desde el sofá de casa eludiendo los rigores extremos de la climatología que se sufre en la península arábiga. De la mano de Dacia, ABC pudo vivir el Dakar desde dentro, siendo testigo directo de la aventura, de los riesgos, de las penurias y sinsabores y de la seducción que produce el desierto del Medio Oriente.
Tras un agotador viaje con tres enlaces (Barcelona-Roma-Riyadh-Bisha), una pulsera magnética convertía a este redactor en un visitante VIP con acceso ilimitado en el gigantesco vivac del rally donde cualquier enamorado del motor generaría litros de baba viendo trabajar a mecánicos e ingenieros en las motos, buggies, coches y camiones participantes. Saludar a Isidre Esteve (que iba acompañado de Lidia, su inseparable compañera) y Txema Villalobos, a la estrella Michelin Nandu Jubany, a la siempre pizpireta Laia Sanz, a los longevos Jordi Juvanteny y José Luis Criado o al tetracampeón Carlos Sainz fue uno de los primeros cometidos al aterrizar en Bisha.
Cristina Gutiérrez y su copiloto Pablo Moreno atendieron a ABC en la sede de Dacia Sandrider mientras Nasser Al-Attiyah repartía simpatía a todos los que se le acercaban y Sébastien Loeb esquivaba educadamente a la prensa simulando hablar por el móvil. Antes del prólogo eran conscientes de ser el mejor equipo para alzarse con el Tuareg, aunque la jornada de 48 horas (etapa dos y tres) los rigores de la carrera causaron estragos. «Dacia y el Dakar forman una combinación perfecta: no sólo es una prueba de la verdadera robustez de Dacia, sino que es una muestra de nuestro compromiso con la movilidad baja en carbono. Estamos muy contentos de participar en el Dakar con la tecnología de combustible más sostenible. Dacia, junto con el mejor equipo y los mejores pilotos, son serios aspirantes al rally», explicaba Denis Le Vot, CEO mundial de la marca rumana en su recibimiento y antes de hacer un recorrido para mostrar las instalaciones erigidas en el vivac, donde trabajan 80 personas entre mecánicos, ingenieros y asistentes con el único objetivo de que el Tuareg engrose el palmarés del grupo Renault.
Nervios en Toyota, donde no sentó bien la visita de la delegación española, confundiéndonos tal vez con espías industriales ante la búsqueda de una buena foto del GR DKR Hilux Evo que pilotan Lucas Moraes y Seth Quintero.
El club Dakar Club permitía un cierto descanso a los visitantes VIP, que disfrutaron de la hospitalidad saudí, agasajados con dulces y té, además de la gastronomía típica de la zona, elaborada a base de carne de cordero, verduras, berenjenas, cebollas y pepinos, como el kabsa, un guiso de arroz preparado con cebolla, cardamomo, ajo, canela, almendras, dátiles y pasas.
Una tormenta de arena acortó la sobremesa de la cena y retó a los visitantes, poco acostumbrados a protegerse de unas inclemencias tan rigurosas. Unas amplias y cómodas jaimas, dotadas de electricidad (luz y calefactor) aliviaron las penurias con las que suele castigar el desierto, con temperaturas bajo cero por la noche que contrastan con el fuerte calor diurno. Nada que ver con las pequeñas y sencillas tiendas de campaña en las que pernoctan los enviados especiales de los medios de comunicación que cubren el rally o los mecánicos de las marcas más sencillas.
La incomodidad de tener que compartir baños en el desierto se veía compensada por el estrellado cielo y el silencio absoluto del páramo en el que acampamos. Un paisaje majestuoso en su anochecer y amanecer entre cojines, alfombras y mantas.
Dacia escogió nuestro cuartel general en un punto por el que transitaba una de las etapas. Un lujo ver pasar a los pilotos mientras saboreábamos dátiles, kebab o durums servidos al momento. Entre los compañeros ilustres con los que compartíamos campamento estaba Petr Pavel, presidente de la República Checa, que con una máquina fotográfica profesional trataba de conseguir las mejores instantáneas del rally. Le acompañaban cuatro 'gorilas'. También coincidimos con David Castera, director del Dakar, que explicaba algunas normativas de la carrera y despejaba dudas mientras el helicóptero sobrevolaba la zona en la que estaba la delegación de Dacia. Nasser Al-Attiyah, auténtico showman, arrancó la sonrisa de todos los presentes al tocar el claxon a modo de saludo al pasar por la zona en la que estábamos, como si los más de 150 kilómetros por hora a los que circulaba por un terreno inhóspito fuera un circuito asfaltado. Y tras el prólogo, el desierto fue dictando sentencia y eliminando a los participantes.