Alves niega la violación: «Estábamos disfrutando los dos»

Esta tarde, durante su declaración en la Audiencia de Barcelona, ha roto a llorar tras recordar que una vez este periódico le informó de la investigación policial en curso -«me enteré por el ABC»- se le «cayó el mundo encima». El exlateral del Barça ha apuntado que tras bailar con la joven aquella noche, del 30 al 31 de diciembre de 2022, ésta le «tocó sus partes» y así entendió que era receptiva a mantener sexuales con él. Por ese motivo, le propuso acudir al lavabo del reservado y ella accedió.

«Cuando ella me tocó pensé que había atracción sexual y empecé a hablar con ella para que fuéramos al baño. Me dijo que sí», ha indicado a preguntas de su defensa, que ejerce Inés Guardiola. «¿Le tuvo que insistir?», ha inquirido la abogada. «Para nada. La avisé de que yo iba primero al baño. Me quedé un rato esperando ahí; pensando que no iba a venir, y cuando me di la vuelta prácticamente me tropecé con ella delante de la puerta».

Cuando estaban los dos en el interior de aquel reservado, la joven, según el futbolista, le «empezó a desabrochar los pantalones, yo la ayudé, me senté en la taza del váter, ella se puso de rodillas y me hizo una felación». Alves sostiene que durante «todo el rato» estuvo en esa posición y que la denunciante en ningún momento le manifestó que no quería estar allí.

También ha negado haberla abofeteado, o tirarle del pelo. «¿En algún momento le dio a entender [ella] que no quería estar ahí?», ha insistido su abogada. «No dijo nada, estábamos disfrutando los dos de estar ahí», ha subrayado el brasileño.

En cambio, tanto la Fiscalía como la acusación particular mantienen que el futbolista agredió sexualmente a la joven. «Hasta las huellas corroboran la versión de la víctima», ha sostenido la fiscal durante su informe de conclusiones. Y es que los indicios recabados por los Mossos en los baños de la discoteca Sutton contradicen la explicación de Alves sobre la posición en que ambos se encontraban. En cambio, indican que el relato de ella «es consistente». Para la acusación pública Alves violó a la víctima. «Ella le rogó salir de los lavabos pero él la ignoró. Es injusto culparla de una situación traumática por la que un año después sigue de baja. El hecho de que no gritara lo suficiente no implica que hubiese consentimiento», ha indicado la fiscal.

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Sobre la ausencia de lesiones vaginales, recordó lo sustentando por los forenses durante la tercera sesión del juicio en la Audiencia de Barcelona: «No será la primera ni la última víctima que no las tenga. No es necesario para que haya o no violación». Por su parte, la abogada de la joven, Ester García, ha subrayado que sólo las declaraciones de su representada, «consistentes» durante todo el procedimiento, son «prueba de cargo suficiente» para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado.

En cambio, su defensa solicita su libre absolución o, como alternativa, un año de cárcel e indemnizar a la víctima con 50.000 euros. Su abogada también reclama que las acusaciones le paguen a él 150.000 euros por los daños causados. El juicio ha quedado visto para sentencia. Será el tribunal el que decidirá si condena al futbolista, en caso de considerar, como ha explicado la denunciante que, tras acceder de forma «voluntaria» a aquellos lavabos, Alves la forzó. O, por el contrario, si lo absuelve al avalar la tesis del acusado, de que se trató de un encuentro consentido.