La escaladora iraní que compitió sin hiyab, aclamada por una multitud en el aeropuerto

Las novedades a partir de entonces han sido tan confusas como contradictorias. En la mañana del martes, trascendía que Rekabi habría sido conducida contra su voluntad a la embajada iraní en Corea. Desde la BBC se hacían eco de una fuente cercana a la escaladora que denunciaba no haber podido contactar con ella desde la noche del pasado domingo y que sospechaban que las autoridades de la República Islámica habían requisado el pasaporte y el teléfono a la deportista en Seúl, manteniéndola retenida en la sede diplomática.

Sin embargo, según anunció la televisión persa Iran International, Rekabi se encontraba haciendo escala en Doha antes de embarcar hacia Teherán, donde ha aterrizado sobre las 5.10 a.m. de este miércoles.

El mismo martes, apareció en el perfil de Instagram de la deportista iraní una historia en la que aseguraba que, en realidad, lo que sucedió un accidente ya que tuvo un problema con su hiyab durante la competición de escalada «Debido a un mal momento y a la llamada inesperada para que subiera la pared, mi hiyab para la cabeza se desprendió sin darme cuenta».

La escaladora ha repetido este mensaje nada más aterrizar en Teherán, donde ha sido entrevistada por la televisión pública del régimen de los ayatolás. En las imágenes aparecía una Rekabi cansada y que transmitía cierto nerviosismo. La escaladora declaró en dicha intervención ante la cámara que los organizadores de la competición de escalada que se celebraba en Seúl la llamaron de improviso y no le dio tiempo a ponerse el hiyab, incluido en la indumentaria oficial de la selección para las mujeres.

Por su parte, la IFSC (Federación Internacional de Escalada) mostró a través de un comunicado su preocupación por la situación de la deportista, señalando que seguirán con atención el desarrollo de la «situación a medida que se desarrolle a su llegada» a Irán, enfatizando que «la seguridad de los atletas es primordial para nosotros». Por último, recalcaron que «la IFSC apoya plenamente los derechos de los atletas, sus elecciones y la libertad de expresión».

Este caso guarda ciertos paralelismos con el de Shohreh Bayat, jugadora de ajedrez y árbitro internacional, que fue fotografiada sin hiyab mientras ejercía de juez principal del Mundial femenino de 2020. Dicha imagen salió publicada en medios internacionales, lo que provocó la ira de los fundamentalistas iraníes. En declaraciones a ABC, Bayat señaló que le «pidieron dar un paso a un lado, pero decidí ser yo misma, luchar y no llevarlo nunca obligada». Esta actitud provocó que recibiera numerosas amenazas de muerte, propiciando que tuviera que huir a Londres, donde solicitó asilo político. Actualmente vive en la capital inglesa, lejos de su marido y su familia que permanecen en Irán.