Ciclismo

Zarpazo de Pogacar para asaltar el amarillo antes de la etapa reina

Dauphine

El esloveno se impone en solitario en la sexta etapa tras sacar de rueda a Vingegaard y al resto de favoritos en la última ascensión del día

Ganador el primer día, agazapado después, Tadej Pogacar recuperó el protagonismo absoluto de la Dauphine tras imponerse en la sexta etapa, un recorrido corto, pero sin respiro, en el que el esloveno volvió a sacar el mazo para vestir de nuevo el amarillo. Su ... ataque en la última ascensión del día, a falta de siete kilómetros, resultó demoledor para el resto de favoritos.

Fue en la Cote de Domancy, una subida modesta pero cargada de historia, donde Pogacar volvió a marcar diferencias. No hizo falta un ataque furioso. Bastó con que dejara de pedalear al ritmo de los demás. Se fue sentado, sin gestos. Lanzado por la cadencia incontrolable de sus piernas. Solo Jonas Vingegaard trató de seguirlo, pero el danés se arrepintió enseguida. Noto cómo Pogacar le sacaba de rueda, sintió el riesgo de crispación en los músculos, y prefirió seguir a su ritmo. Al final, perdió 1:01 segundos en la meta y se queda a 43 segundos en la general. Aún más lejos se quedan Florian Lipowitz, a 54 segundos, y el hasta ahora líder Remco Evenepoel, quien cedió el primero en la última subida y aparece ahora a 1:22.

El día había empezado con una fuga numerosa que incluyó nombres como Van der Poel, Bardet, Baudin o Leonard. Llegaron a tener más de minuto y medio, pero les hubiera faltado otro tanto para que alguno soñara con llegar.

En el tramo intermedio, en la subida a Mont-Saxonnex, el puerto más duro de la jornada, Lipowitz animó el pelotóns con un ataque valiente que descompuso el el grupo en pedazos y dejó delante a los mejores. Ahí se descolgaron Enric Mas y Carlos Rodríguez. también Iván Romeo, que da por amortizada ya su participación en esta Dauphine.

Baudin y Leonard fueron los que más lejos llegaron. El primero llegó a atacar en Domancy para irse en solitario, poco antes de que Pogacar lo pasase como un avión.

La Dauphiné alcanza a partir de este sábado una nueva dimensión con la llegada de la alta montana. La penúltima etapa también será corta, 133 kilómetros, pero con subidas a dos puertos por encima de los 2.000 metros, La Madeleine y la Croix de Fer, antes del asalto a la meta en Valmeinier, puerto fuera de categoría. Para el domingo, última etapa, se han reservado otros seis puertos, con final en el Col de Mont-Cenis.

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